
Es una escritora de éxito y fue finalista del Planeta en 2011 con su cuarta novela, Tiempo de Arena. Sin embargo, se sigue ganando la vida como profesora de la Universidad Complutense de Madrid. En 2012 publicó Antología de la Herida, sobre violencia de género, y Arcanos, de poesía. Ahora trabaja en su siguiente novela.
¿Para ser una escritora de éxito es necesario ser activa en las redes sociales?
El éxito no tiene fórmulas. Eso es algo que se ha dicho ya muchas veces, y creo que es verdad. Hay escritores muy activos en las redes que no consiguen llegan a las librerías y viceversa. A mí me gustan las redes sociales porque son una forma de retroalimentación. Dinamizan y favorecen la difusión de las obras, pero también las enriquecen, porque favorecen el contacto directo con los lectores.
Su cuarta novela, Tiempo de Arena, ha vendido más de 150.000 ejemplares. ¿Puede usted vivir plácidamente de su trabajo como escritora?
Vivir de la literatura es un lujo que sólo pueden disfrutar unos pocos. Yo no me encuentro en ese caso. Ser finalista del Premio Planeta me ha proporcionado muchas satisfacciones y algunos caprichos que no hubiera podido darme de otra manera. Lo he compartido con muchas personas, ésa ha sido la mejor parte, y he rellenado algunos huecos. Pero vivo de mi sueldo como profesora de la Universidad Rey Juan Carlos.
¿Escribir requiere orden y disciplina?
Hay que ser muy disciplinado y muy riguroso. Y también muy paciente. Se necesita mucho tiempo para llevar a cabo un proyecto narrativo. Yo no me pongo delante del ordenador si no sé que tengo por lo menos cuatro o cinco horas por delante. Me impongo un horario y unos objetivos. A veces, en una jornada de seis o siete horas, sólo he conseguido escribir un par de folios, o incluso menos, porque hay que corregir mucho, pulir el lenguaje, centrar las ideas, reescribir lo escrito y, muchas veces, borrarlo.
¿Qué papel juega la planificación y la prevención en su trabajo?
Si no planificas el trabajo creo que no lo terminarás nunca. La planificación es el esqueleto que puede soportar y dar forma al conjunto. Es como la documentación, que actúa como los cimientos de una casa, si están ahí, aunque no se vean, la casa se mantiene de pie. Pero si no están, la casa se cae.
¿En otras facetas de su vida también es previsora o prefiere encarar las cosas según le van llegando?
Creo en la previsión, tanto en la vida como en la literatura. A veces no se cumplen las expectativas, pero ya lo dice el refrán, es mejor prevenir que lamentar. Aunque también le dejo su espacio a la improvisación, porque tampoco me gustan las rigideces. Hay cosas que se disfrutan más cuando llegan de repente, sin avisar, sin haberlos previsto. Y hay otras que hay que tener siempre en cuenta, porque de ellas dependen muchas más.