"Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio" (Darwin dixit).
Flor Soto, Directora de Grandes Cuentas Howden Human Capital & Benefits y Agurtzane Galarraga, Responsable Salud y Movilidad Howden Human Capital & Benefits
Tras casi dos años con grandes restricciones para poder realizar los viajes necesarios relacionados con la actividad normal de la empresa, empezamos a detectar que la normalidad ya está aquí. Y, con ella, la vuelta a nuestra forma de trabajar de siempre, con la movilidad incluida.
Ya es patente que el contacto presencial es necesario para el perfecto desarrollo de nuestros negocios y hemos de revisar si estamos preparados para emprender esta nueva etapa con total seguridad. Precisamente, una encuesta realizada en 2020, a las pocas semanas de la aparición de la pandemia del COVID-19, por BCD Travel Research & Innovation, una compañía líder mundial en gestión de viajes corporativos, reflejaba que el 95% de los travel managers es consciente de la prioridad de cumplir con el Duty of care (el deber de cuidado de los empleados) y lo que esto requiere.
Durante todo este tiempo, nuestras empresas se han transformado, hemos sido más conscientes de la flexibilización de nuestros puestos de trabajo, el teletrabajo se ha implantado de una forma parcial y, con ello, han surgido nuevas necesidades para los empleados. La mentalidad ha cambiado y nuestra concienciación frente a una total seguridad a la hora de viajar, también.
Ahora, cuando parece que empezamos a recuperar esta normalidad y a adaptarnos a la nueva situación, surge lamentablemente el conflicto internacional entre Rusia y Ucrania, que hace saltar todas las alarmas en cuanto a la seguridad de nuestros empleados desplazados, expatriados o con necesidad de viajar. Esta nueva realidad requiere una solución inmediata.
Por lo tanto, lo que antes era suficiente, es posible que ahora no se adecúe a la actual situación, y, para ello, debemos plantearnos una revisión integral de todos los programas de asistencia en viaje implantados a favor de nuestros empleados.
Estamos seguros de que, en este momento, todas las empresas han tomado conciencia de que no se puede desplazar a un empleado sin una garantía de total cobertura frente a cualquier contingencia que pueda ocurrir durante el viaje, tanto a nivel sanitario como de seguridad, debido a la posibilidad de que surja un conflicto internacional.
Hace escasos días podíamos leer en The New York Times un artículo del columnista Thomas L. Friedman que nos lleva a reflexionar sobre la vulnerabilidad y la volatilidad en la que estamos inmersos. Friedman concluye, literalmente, con la siguiente afirmación: "La Rusia de Putin no es demasiado grande para fracasar. Sin embargo, sí es demasiado grande para fracasar de una manera que no sacuda a todo el resto del mundo".
Así, de él podemos extraer que la inestabilidad geopolítica y el nuevo orden mundial en ciernes tras la invasión de Ucrania obligará a las empresas a rediseñar sus estrategias de Recursos Humanos para que contemplen soluciones adaptadas a las circunstancias de cara a los empleados desplazados. La volatilidad del mundo actual, expuesto, como estamos comprobando, a que ocurran diversos eventos imprevistos o improbables, nos obliga –especialmente a las empresas- a estar prevenidos en la medida de lo posible.
El Global Risks Report 2022 del World Economic Forum, publicado a principios de este año, ya sitúa la erosión de la cohesión social y las tensiones geopolíticas y económicas entre los 10 principales riesgos, por su gravedad, para los próximos 10 años.
Surgen nuevas realidades para nuestros negocios y nuestros empleados. Ya no solo nos va a dar tranquilidad la cobertura médica o una repatriación al uso, pues, ¿qué puede suceder, por ejemplo, si hay que evacuar a personas desde un país en conflicto? Desde luego, son muchas las medidas que las corporaciones pueden aplicar, pero es el momento de revisarlas en profundidad.
La resolución de cualquier incidencia que pueda afectar al empleado es responsabilidad de la empresa y, si no está perfectamente transferido el riesgo, será la propia cuenta de resultados la que se resienta.
Nos consta que son muchos los programas implantados por las empresas para dar cobertura a sus empleados ante cualquier incidencia que se les plantee en el extranjero. No obstante, estas deben tener claro si son los que realmente necesitan.
El simple hecho de utilizar un medio de pago para sufragar el gasto del viaje puede otorgar una cobertura de asistencia durante el mismo. Pero nos surgen dudas como la duración de esa cobertura, dónde empieza y dónde acaba, si sus garantías son las adecuadas para nuestra actividad, si en ellas se tienen en cuenta los posibles conflictos políticos y las evacuaciones, si nuestros empleados van a tener problemas si no pagamos el viaje completo, si existen centros médicos concertados en los países a los que se desplazan o si vamos a recibir un asesoramiento previo de los riesgos existentes en los países a los que viajan, entre otras cuestiones.
La contratación de una póliza de asistencia en viaje para todos los empleados susceptibles de viajar es también una práctica muy extendida ya en nuestras empresas. Es el momento apropiado para revisarlas y adecuarlas a las actuales circunstancias. Y las principales preguntas que nos debemos plantear son: ¿tengo protegidos a todos mis empleados?, ¿el capital que aseguro es el adecuado para los costes médicos de los países donde se ejerce mi actividad?, ¿he informado a todos mis empleados de cómo han de actuar ante cualquier contingencia?, ¿estoy ofreciendo aplicaciones que me avisen en el acto de cualquier incidencia en el país de destino?
Por todo ello, estamos convencidos de que, si cabe, ahora es más imprescindible hacer un estudio y una comparación de los distintos sistemas de aseguramiento, así como del protocolo de actuación. De igual manera, es necesaria la implantación de unas directrices internas de gestión y control que garanticen el cumplimiento de la normativa impuesta por ese Duty of care que citábamos al principio, cuyo incumplimiento puede suponer infracciones graves dentro del marco legal.
Tanto la formación como la información se antojan esenciales para garantizar el funcionamiento de los programas de asistencia en viaje a favor de nuestros empleados. Para facilitarnos el proceso, es de gran ayuda contar con el apoyo y la orientación de especialistas en movilidad internacional, que puedan aportar todas las herramientas y servicios necesarios a fin de garantizar que también nuestras empresas no solo sean fuertes, sino que además estén bien preparadas para adaptarse a las nuevas contingencias que se presenten.