
La Comisión Europea ha impuesto una multa de 6,2 millones de euros a la empresa japonesa Sanrio por impedir durante once años a comerciantes europeos vender productos ligados a su célebre gata Hello Kitty y otros personajes de su factoría en otros países del Espacio Económico Europeo.
"La decisión de hoy confirma que no se pude prohibir a los comerciantes que venden productos con licencia que los vendan en un país diferente. Esto lleva a una menor oferta y potencialmente precios más altos para los consumidores y va en contra de las normas europeas antimonopolio", dijo la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en un comunicado.
Sanrio produce y tiene los derechos de propiedad intelectual de todo tipo de productos ligados a personajes famosos en todo el mundo, como la gata Hello Kitty, pero también su compañera de aventuras My Melody, los gemelos Little Twin Stars, la rana Keroppi o el felino Chococat.
La empresa nipona firma después acuerdos de licencia con diferentes comerciantes para permitirles usar estos derechos de propiedad intelectual y vender productos con las imágenes o logos de los personajes.
Claúsulas que limitaban la competencia
Una investigación puesta en marcha por la Comisión Europea en 2017 ha concluido que durante aproximadamente once años, entre enero de 2008 y diciembre de 2018, Sanrio aplicó cláusulas contractuales y otras medidas que limitaban las posibilidades de que un comerciante vendiese los productos para los que tenía licencia fuera de su país de base.
Por un lado, el fabricante japonés tomó medidas directas de restricción, como el uso de cláusulas que prohibían directamente las ventas fuera de un determinado territorio, la obligación de derivar los pedidos de ventas de este tipo a Sanrio y limitaciones en los idiomas que podían utilizarse en los productos.
Por otro, aplicó otras medidas para asegurar de modo indirecto que los comerciantes cumplían con las restricciones, como llevar a cabo auditorías o no renovar los contratos de licencia si los vendedores no respetaban las limitaciones. Esto va en contra de las normas de competencia de la Unión Europea y en última instancia en detrimento del consumidor, dijo la Comisión.
Los tratados comunitarios garantizan la libre circulación de bienes entre los países de su mercado único y, por tanto, que los comerciantes europeos pueden vender por canales tradicionales o a través de Internet en los diferentes Estados miembros. Sanrio se ha beneficiado de una reducción del 40% en el montante de la multa por haber cooperado con el Ejecutivo comunitario.
Al margen de la sanción comunitaria, cualquier empresa que crea que se ha visto afectada por la infracción de la empresa nipona puede reclamar por los daños ante los tribunales nacionales, sabiendo que la decisión de la Comisión constituye ya una prueba vinculante de la ilegalidad.