
Hace un año iDental cerró todas sus clínicas en España y dejó atrapados a miles de pacientes. Se estima que los afectados se acercan al medio millón.
Muchos de ellos contaban con financiación bancaria para poder hacer frente a los tratamientos odontológicos, gracias en parte a los acuerdos de la compañía con entidades de crédito. Una de estas es Evo Banco, que se vio salpicado por la crisis.
Según informa el grupo financiero el agujero que le ha supuesto iDental asciende a 11,4 millones de euros, una cantidad que previsiblemente no podrá recuperar después de que el Tribunal Supremo decidiera en febrero exonerar a los clientes de pagar los préstamos.
Evo, cuya actividad minorista ha sido transpasada por Apollo a Bankinter, provisionó el año pasado 7,4 millones de las contingencias previstas para cubrir los riesgos. A lo largo del presente año reservará los restantes 4 millones. La exposición a iDental, sin embargo, asciende a 25 millones, según las cuentas de la entidad, que llegó a un acuerdo con otra clínicas para conluir algunos de los tratamientos pactados con los clientes ante el repentino cierre de todos los centros de la cadena.
El caso de iDental se ha producido en medio de la venta del negocio de banca minorista de Evo a Bankinter. Su dueño, Apollo, decidió deshacerse de este negocio tras seis años como único accionista de la entidad. El fondo se ha quedado con la actividad de crédito al consumo, que encaja con la exposición a la clínica odontológica, aunque es previsible que en un periodo corto de tiempo también coloque en el mercado la cartera de préstamos para la adquisición de bienes, ocio y créditos personales.
Reflejo en las cuentas
Las dotaciones realizadas por iDental han supuesto un golpe a las cuentas de Evo, que el año pasado obtuvo un resultado de explotación negativo de 2,99 millones, frente a las ganancias del ejercicio anterior. Pese a ello, el banco -que todavía englobaba la parte del negocio vendida a Bankinter- logró un beneficio positivo de 8,8 millones gracias a la venta de activos no estratégicos y la activación de créditos fiscales diferidos. De esta manera, el grupo pudo salir de las pérdidas operativas, aunque sus ganancias se han reducido un 62%.
Venta de 30 sucursales cerradas
Evo vendió el año pasado 30 de las 39 sucursales que cerró. La entidad, antes de que traspasara el negocio minorista a Bankinter, procedió a la clausura de estas oficinas y puso en el mercado los locales. Por estos inmuebles obtuvo unos beneficios de 5,2 millones de euros. Tras el cierre, sólo dispone de cinco agencias en las principales ciudades españolas.