Con la llegada del verano, las preocupaciones, el estrés, las responsabilidades y, en definitiva, los días de trabajo se quedan fuera de las maletas. Las merecidas y tan deseadas vacaciones están a la vuelta de la esquina y la mayoría de los trabajadores afrontan, con sus mejores sonrisas, días de relax, descanso, turismo, aventura y ocio con familiares y amigos.
Sin embargo, las vacaciones se plantean de forma diferente para los trabajadores por cuenta propia, no porque quieran menos el descanso que el resto de los empleados, sino porque son responsables de su propio negocio. En un informe publicado por la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios y Trabajadores Autónomos (ATA) en mayo de este año, se señalaba que estos profesionales se implican tanto en sus negocios que el 73% disfruta de menos de 20 días de vacaciones anuales. Y solo un 5% de los autónomos disfruta de más de 30 días al año de vacaciones.
Así lo refleja también el Estudio Nacional del Autónomo 2019, elaborado por Infoautónomos junto con la Universidad de Granada. "La mayoría no puede tomarse más de 20 días de vacaciones al año", explica este informe. Concretamente, el 14% de los trabajadores por cuenta propia no se coge ni un solo día de vacaciones al año, y el 86% restante lo hace, solamente, entre 1 y 20 días al año.
En la misma línea, ATA señalaba el pasado año que uno de cada dos autónomos no se iría de vacaciones en la nueva estación que ahora estrenamos. "Un 48,8% sí cogerá unos días en verano, el 18,5% disfrutará de unos días pero en otras fechas y el 33,1% no se irá de vacaciones en 2018", señalaba el informe de la organización.
De esta manera, es inevitable que el 62% de los autónomos califique de difícil (34,5%) o muy difícil (27,8%) conseguir el justo equilibrio entre la parcela profesional y la familiar, según los datos de Infoautónomos.
Los autónomos de entre 25 y 39 años de edad son los que menos disfrutan de vacaciones. Y por sectores de actividad, los que menos serían los que se dedican a la agricultura y el transporte. El informe de la ATA también da cuenta de que los autónomos más propicios a cogerse vacaciones en verano son los que se dedican actividades profesionales (77,8%), educación (76,7%), información y comunicación (75%) y actividades administrativas (70%). Además, según la misma fuente, el 48,8% de los trabajadores por cuenta propia -los que sí se iban de vacaciones en 2018- aseguraba irse de vacaciones todos los veranos.
"Los autónomos de entre 25 y 39 años de edad son los que menos disfrutan de vacaciones"
Y las expectativas son más o menos las mismas para cualquier época del año. El mismo informe de ATA da cuenta de que uno de cada cinco autónomos que no se va de vacaciones lleva más de 5 años sin tomarse unos días de descanso. Y el 22,4% afirma que, desde que puso en marcha su negocio, nunca ha disfrutado de más de 4 días de descanso. Por no hablar, además, de que sólo uno de cada diez autónomos dice ser capaz de desconectar durante sus jornadas vacacionales.
El descanso real para estos profesionales parece ser, por tanto, una quimera. Y es que, como explica María José Landaburu, secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), "los autónomos tenemos que echarnos a nuestras espaldas todo el peso de nuestra actividad".
Acompañar a los tuyos
Aunque no es la mejor opción, y conviene que todo trabajador pueda disfrutar de unos días de desconexión total, lo cierto es que -para tranquilidad de muchos autónomos- la tecnología permite hoy en día estar siempre alerta ante cualquier imprevisto que pueda surgir. Los smartphones y la conexión a internet evitan perder la atención del negocio y resolver cualquier imprevisto en tiempo récord. Así, aunque el autónomo se vea obligado a trabajar, puede disfrutar de unos días junto a sus familiares o amigos en un entorno diferente al de su rutina.
Además, si el autónomo avisa previamente a los clientes de los días en los que se estará fuera, puede reducir considerablemente el número de llamadas y mails. Otra opción es dar un fuerte empujón al trabajo en los días previos y dejarlo lo más atado posible para sí poder desconectar.
Si hace unos meses, un conjunto de emprendedores recordaba, de la mano de la iniciativa Nacidos para ser autónomos de Orange, que cogerse una baja por enfermedad es todo un lujo para los autónomos, ahora se demuestra que las deseadas vacaciones también. No cabe duda, la supervivencia del negocio obliga a estar todo el año al pie del cañón y, por eso, los autónomos parecen estar hechos de otra pasta. ¡Buen verano!