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Primer objetivo: bajar de las 1.000 muertes en carretera

  • El anteproyecto de seguridad vial permanece en punto muerto
Imagen: TimeStopper/Adobe Stock.
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1.126, 1.198, 1.180... Son las cifras de víctimas mortales al volante en las carreteras españolas en los últimos años. No conseguimos que bajen del millar. Ante la cercanía de las vacaciones estivales y la multiplicación de los desplazamientos, conviene actualizar cifras... y sensaciones. Nos preguntamos en este punto qué más puede hacerse para mejorar esa dramática estadística.

Entre los proyectos que esperan impacientes a que se forme un nuevo Gobierno, se encuentra el anteproyecto de ley se seguridad vial. Este se propone el noble objetivo de reducir la siniestralidad al volante. Bajar del millar sería solo una primera meta. Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) se ha abogado hasta ahora por reducir el límite de velocidad (aprobado en enero pasado de 100km/h a 90km/h en carreteras convencionales). También quieren llenar de radares las vías y que el número -ahora en algo más de 1.730- se acerque poco a poco a los 4.000 sistemas de este tipo que hay instalados en la vecina Francia. Ese intento de reducir la tasa de accidentes pasa también por aumentar las sanciones, en concreto, para intentar reducir las distracciones. El director de la DGT, Pere Navarro, insiste en que en estos momentos el uso del móvil es ya la primera causa de accidente en España. De ahí que no sea baladí que en este anteproyecto de ley se considere su uso como una infracción muy grave -al mismo nivel que dar positivo en un control de drogas- lo que conllevará la pérdida de seis puntos del carnet en lugar de los tres actuales.

"Uno de cada 46 conductores reconoce haber sufrido un accidente grave por atender el móvil al volante"

Se produce, sin embargo, una situación paradójica: mientras pocos se atreven a discutir que el consumo de estupefacientes o de alcohol merma las condiciones para conducir y multiplica el riesgo de sufrir un accidente de tráfico, la imagen sobre el uso del móvil no es la misma. "La percepción de los riesgos la tenemos apartada y muchas veces anulada", explica Gustavo Almela, víctima de un siniestro a los 21 años, que lo mantiene desde entonces en una silla de ruedas. "Cuando sufres un accidente, toda tu familia se ve afectada, toda esa gente lo va a pasar mal. Es más fácil convencer y conseguir cambios de actitudes al volante por ese sufrimiento que puede provocarse a los seres queridos por una simple imprudencia...". Almela es uno de los testimonios que ponen voz a la iniciativa Emotional driving de Gonvarri, con la que esta compañía vinculada al sector automovilístico se propone reforzar la concienciación en materia de seguridad vial. Esta semana, presentaba de la mano de Movistar la segunda edición de su estudio Emotional driving: españoles al volante, distracciones y uso del móvil.

Mala percepción del riesgo

"Dos de cada tres españoles piensan que no van a tener problemas en echar una miradita al móvil mientras conducen", explicaba en la presentación David Martín, director de Investigación de Sondea. "Uno de cada cuatro conductores españoles reconoce haber protagonizado un incidente en carretera o en ciudad por culpa del móvil. A su vez, el 2,18% de los entrevistados -uno de cada 46 conductores- ha reconocido haber sufrido ya un accidente grave por descuidar el volante para atender el móvil", añadía. Estos datos no hacen sino confirmar la inquietud del director general de la DGT. Nueve de cada diez entrevistados para este trabajo coinciden con Pere Navarro en que el teléfono móvil es la principal causa de distracción al volante. Otros factores importantes son el cansancio (64,73%) y la conducción agresiva (57,09%). Le siguen el uso del GPS (38,19%), pensar en otras cosas (28,27%), comer o beber conduciendo (24,75%), las condiciones climatológicas (24,65%), la rutina (24,45%) o fumar (20,88%).

Si seguimos buceando por todos los datos que ofrece este informe de Gonvarri y Movistar, encontramos en los conductores ideas bastante erróneas sobre el tiempo que piensan que pueden estar sin atender a la carretera por mirar la pantalla del smartphone. De media, creen que pueden permanecer 2,37 segundos sin atender la vía, lo que equivale a recorrer 80 metros a 120 kilómetros por hora en una autovía. "Si nos fijamos en la franja de edad 18-24 años, ese nivel sube a 3,55 segundos, tiempo en el que recorreríamos 120 metros, más de lo que mide un campo de fútbol, sin prestar atención a lo que sucede a nuestro alrededor", añade el director de investigación de Sondea.

Para los conductores que han participado en este informe de Emotional driving, escribir mensajes de texto o de Whatsapp mientras conducen es la acción más arriesgada o peligrosa relacionada con el uso del móvil al volante. Así lo consideran el 85,32% de ellos. "Le siguen casi a la par leer noticias mientras conducen (85,32%), buscar información en el móvil (85,81%), hacer fotos (82,89%), grabar vídeos (82,34%) y leer mensajes de texto o WhatsApp (82,04%)". Si se les da la vuelta a esas conclusiones, se pueden deducir también otras cifras quizá más alarmantes y que invitan aún más si cabe a la reflexión: por ejemplo, el 14,19% de los encuestados no considera que grabar vídeos mientras se conduce resulte del todo peligroso...

Evitar un accidente y la responsabilidad de llevar a alguien, claves para adoptar una conducción segura

Los responsables de Emotional driving han querido indagar en los motivos que llevan a los conductores a adoptar una actitud segura al volante. Para el 82,49%, lo principal es evitar un accidente. Le siguen muy de cerca también con un alto porcentaje la responsabilidad de llevar a gente consigo (75,40%) y el hecho de pensar en su familia (72,27%). Otros motivos que tienen menos en cuenta y que tienen que ver más con su vehículo o con su permiso de conducción son el riesgo a que les pongan una multa (30,21%), el poder quedarse sin el coche (22,97%) y el hecho de mantener los puntos del carnet (19,59%). Si atendemos a estos últimos porcentajes, las medidas previstas por la DGT de incrementar el número de radares y las sanciones solo paliarían una pequeña parte del problema. 

Como última conclusión de este informe de Gonvarri y Movistar que nos ha ayudado a conocer mejor las causas de la siniestralidad al volante, la gran mayoría de las personas que han participado considera que en España se podrían reducir a la mitad los accidentes de tráfico si fuéramos más responsables (95,63%), si la tecnología impidiera conducir bajo los efectos del alcohol, las drogas o el cansancio (90,58%) y si se impidiera usar el móvil al volante sin manos libres (84,13%). De nuevo el móvil.

Resulta también llamativo que los usuarios pidan a sus vehículos cada vez más tecnología, ayudas a la conducción y elementos de seguridad, y que al mismo tiempo se peque con distracciones evitables. Para Elena Valderrábano, directora de Ética Corporativa y Sostenibilidad de Telefónica, "la tecnología está al servicio de las personas y no a la inversa". "Somos conscientes de los peligros, pero no los abordamos. Y pese a que existen herramientas de control en el coche en los propios smartphones, lamentablemente no las utilizamos", añade.

¿Qué papel juega la educación? Este informe sobre seguridad vial pone el acento también en la falta de formación que recibimos una vez hemos conseguido nuestro carnet de conducir. Más allá de las campañas de la DGT, el 82,59% reconoce no haber recibido información o formación en esta materia tan importante desde que se despidió del examinador. De hecho, algo más de la mitad de los españoles (el 52%) confían que se podrían reducir los accidentes de tráfico si se realizaran pruebas tanto teóricas como prácticas de forma regular. "Es preocupante comprobar que desde que uno deja la autoescuela no hay ninguna formación", concluye Valderrábano.

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