
La NASA necesita fondos para organizar un nuevo viaje a la Luna antes de 2024, una obsesión del presidente, Donald Trump, que quiere recuperar el espíritu de los años 60 y 70. Y para conseguir esos fondos, la agencia espacial ha decidido abrir la puerta al turismo espacial. Desde 2020, dos astronautas podrán viajar a la Estación Espacial Internacional (EEI) durante un mes al año, anunció la agencia este viernes.
El precio no será barato: el viaje costará unos 50 millones de dólares, y estará gestionado por Boeing y SpaceX, de Elon Musk. A eso habrá que sumar 35.000 dólares (unos 31.000 euros) de mantenimiento por día, lo que sumaría algo más de un millón de dólares adicionales por el mes completo, según calculó el director financiero de la NASA, Jeff DeWit. "No daremos puntos Hilton o Marriott", añadió.
Publicidad espacial
Hasta ahora, solo Rusia había permitido que turistas espaciales se sumaran a las misiones a la EEI. Pero los planes de la NASA, que hasta ahora lo tenían prohibido, irán más allá: también permitirán a empresas producir, testar o hacer publicidad de productos en la Estación, por entre 3.000 y 18.000 dólares por kilo de material necesario, más otros 17.000 dólares por el trabajo de los astronautas de la agencia, hasta un máximo de 90 horas anuales.
Aunque los que quieran podrán ir más allá y alquilar su propio módulo espacial con su propio equipo de astronautas para mandarlos a la EEI. A cambio de un precio sin especificar, la NASA dará espacio para atracar la nave y trabajar unos días en la estación.
Sin embargo, los directivos de la agencia estadounidense no saben cuánto ayudará este plan a recaudar el dinero que necesitan para mandar otra nave tripulada a la Luna, como desea Trump. La agencia ha solicitado 1.600 millones de dólares adicionales al Congreso para los próximos presupuestos, y teme que incluso esa cifra no será suficiente.