
Ebro Foods ha concluido el último plan estratégico que iba de 2016 a 2018 cumpliendo con todas sus previsiones. En el conjunto del periodo, la compañía se fijó el objerivo de alcanzar un ebitda acumulado (resultado bruto operativo) de 1.024 millones de euros y finalmente ha ascendido a 1.008 millones, lo que supone llegar al 98,3% de lo previsto. El gigante alimentario español, propietario de marcas como SOS, Brillante o Panzani, admite sin embargo que está sufriendo en Estados Unidos.
"Tras un 2016 y un 2017 muy buenos, 2018 ha sido un ejercicio bastante peor como consecuencia de los malos resultados cosechados por nuestra división arrocera americana, lo que deja un sabor agridulce en un plan que evolucionaba de forma muy positiva", ha admitido hoy el presidente de la compañía, Antonio Hernández Callejas. En su discurso ante la junta de accionistas, el máximo ejecutivo del grupo se ha mostrado tajante.
"A veces es importante hacer autocrítica y en este sentido me gustaría reseñar que hemos incurrido erroes a la hora de planificar la producción y la organización de nuestras plantas de Freepor y Menphis no era la adecuada".
El máximo ejecutivo del grupo ha explicado "en Estados Unidos hay una situación de pleno empleo que dificulta el reclutamiento de personal en áreas especialmente sensibles como es el mantenimiento", aunque reconociendo también que es "es verdad que podíamos haber sido más eficaces".
Cambios organizativos
En cualquier caso, la empresa ha introducido ya importantes cambios organizativos que están dando efectos, y en este primer trimestre de 2019, la empresa arrocera Riviana "presenta una mejora muy significativa de su nivel de rentabilidad, lo que nos permite pensar que estamos en clara situación de recuperación y que hemos identificado de manera adecuada cuales eran las áreas de mejoras y las medidas a tomar".
EEUU es el mayor mercado para la división arrocera de Ebro y también donde ha tenido, segun Hernández Callejas, "los mayores problemas". A pesar de ello, la empresa ha conseguido mantener la cuota de mercado y, el presidente del grupo, ahora "estamos trabajando en depurar nuestra cartera de productos, abandonando aquellos que consideramos que no nos proporcionan una rentabilidad adecuada".
Pero el problema no ha sido solo con el arroz, sino también con la pasta. "En Estados Unidos hemos tenidos más problemas, ya que además de que es un mercado que no crece, algunos de los grandes distribuidores están disminuyendo el espacio destinado a la pasta en el lineal, favoreciendo a su propia marca blanca", ha asegurado el presidente de Ebro. En el último, las ventas de la marca blanca del grupo no han logrado la rentabilidad de otros años "y nos estamos replanteando nuestro posicionamiento".
Crecimiento
Las ventas totales del grupo crecieron el año pasado un 5,6%, hasta 2.646,5 millones. El crecimiento orgánico fue de un 2%, teniendo en cuenta sobre todo que las subidas de tarifas no se pudieron implementar hasta el último trimestre. El ebitda cayó, en cambio, un 13,4%, hasta 310,8 millones, teniendo en cuetna un impacto negativo por las divisas de 4,4 millones. El beneficio neto se situó en 141,6 millones, un 36% menos.
Antonio Hernández Callejas ha concluido su ejercicio asegurando que, aunque la empresa seguirá abierta a posibles adquisiciones, "estamos seleccionando con mucho rigor nuestras inversiones inorgánicas para apostar por las más sinérgicas y con capacidad de crecimiento". En este sentido, la empresa presentó una oferta por Pastas Gallo, de 150 millones de euros, que finalmente no ha sido seleccionada.
Ebro invertirá, asimismo, 50 millones en la nueva planta de Sevilla y otros 26 en ampliar la de Garófalo (Italia). Todo ello además de "seguir muy atentos a la deuda", que ha crecido en 278 millones en el último trienio, hasta un total de 704,6 millones al cierre de 2018.