Repsol presentó ayer un beneficio neto ajustado de 618 millones de euros, un 6 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado en un entorno de precios del petróleo y del gas más bajos y de menores márgenes de refino que han incluso puesto contra las cuerdas a otras petroleras.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, explicó durante su encuentro con analistas que está abierto a adquisiciones y que se analizará la compra de proyectos en desarrollo, aunque ha descartado el interés en hacerse con activos ya en operación. No obstante, insistió al igual que hizo en el trimestre anterior en que se priorizará "el retorno" sobre el crecimiento, motivo por el que la compañía ha decidido retirarse de la puja por X-Elio, tal y como adelantó ayer elEconomista.
La petrolera ha registrado este trimestre un fuerte crecimiento en el negocio de electricidad y gas donde ya ha logrado alcanzar los 850.000 clientes, es decir, casi 100.000 más que cuando la petrolera se hizo con la cartera de Viesgo y ha alcanzado los 2.900 MW. El objetivo de Repsol para 2025, según su plan estratégico, es llegar a los 2,5 millones de clientes y los 4.500 MW.
Repsol ha reforzado también su negocio de estaciones de servicio en México, donde ha llegado los 183 puntos de venta y tiene ya firmados alrededor de 260.
La petrolera realizó en Indonesia el mayor descubrimiento en tierra del mundo del primer trimestre del año, con una estimación de recursos recuperables equivalente a dos años del consumo de gas en España. Del mismo modo, el negocio de Upstream continuó con el desempeño positivo de los últimos periodos y alcanzó un resultado de 323 millones de euros, un 12,5 por ciento superior al del primer trimestre de 2018.
El negocio de Downstream obtuvo un resultado de 404 millones de euros, con un comportamiento destacado de Refino, Trading y Química, aunque menor que el mismo trimestre del año anterior.
El Consejo de Administración convocó para el próximo 31 de mayo la Junta General, a la que propondrá una retribución al accionista equivalente a unos 0,525 euros brutos por acción. Con ello, la retribución total propuesta para el ejercicio, equivalente a 0,95 euros por acción, supone un aumento del 5,6 por ciento.
Repsol ha reducido además en el primer trimestre del año recortando ligeramente su exposición patrimonial en Venezuela, situándola en 436 millones, frente a los 456 millones de finales de 2018.
Según señala en su informe de estados financieros del grupo, la petrolera ha adoptado las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela, incluyendo la recepción periódica de crudo en pago de deudas, "con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones" y haciendo "un seguimiento constante de su evolución".
Así, aunque Estados Unidos ha concedido ciertos plazos para facilitar la terminación ordenada de las operaciones mediante el otorgamiento de varias licencias generales, estas nuevas medidas han agravado la situación de crisis del país.
A cierre de 2018, Repsol situó su exposición patrimonial en Venezuela en 456 millones de euros, tras recortarla casi un 70 por ciento con respecto a los 1.480 millones de euros a los que ascendía en 2017. Repsol realizó unas provisiones por riesgos o deterioros reversibles de 1.159 millones de euros. En 2017, la partida por deterioros por Venezuela se quedó en 716 millones de euros.
Repsol está presente en Venezuela desde 1993 y actualmente tiene presencia en el país a través de su participación en empresas mixtas de crudo: 40 por ciento en Petroquiriquire (bloques Quiriquire, Menegrande, BarúaMotatán, todos ellos con vigencia hasta 2031) y 11 por ciento en Petrocarabobo (bloque Carabobo, con vigencia hasta 2035).
También está presente en empresas licenciatarias de gas: 60 por ciento en Quiriquire Gas (vigencia hasta 2027) y 50 por ciento en Cardón IV (vigencia hasta 2036).
La compañía ha reforzado también su participación en la refinería peruana de La Pampilla por una ampliación de capital que realizó para afrontar inversiones.
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