Empresas y finanzas

Martínez Tello: el Banco de España sabía que Bankia podía sufrir "desviaciones"

El máximo responsable de la Supervisión del Banco de España en el momento de la salida a bolsa de Bankia, Jerónimo Martínez Tello, admitió ayer que el organismo conocía que el plan de negocio de la entonces nueva entidad surgida de la fusión de siete cajas podía tener "desviaciones". No obstante, Martínez Tello, que declaró en calidad de testigo en el proceso, dijo que "se necesitaba tiempo" para ver cómo evolucionaba la entidad.

El director de Supervisión del organismo aseguró que los inspectores le alertaron de estas "desviaciones" antes de la salida a bolsa. Sin embargo, el Banco de España aprobó el plan de capitalización del banco a sabiendas de que las expectativas del banco podrían torcerse. Bankia salió a bolsa el 20 de julio de 2011 y el 60 por ciento de las acciones se colocó a inversores minoristas, que diez meses más tarde habían perdido el 60 por ciento del valor de su inversión. El Gobierno nacionalizó la entidad con una inyección pública de 19.000 millones de euros en mayo de 2012 y finalmente el banco devolvió más de 1.200 millones a 190.000 inversores.

Según Martínez Tello, "aparentemente era exitosa la salida a bolsa" aunque "se requería espacio para ver si los planes se iban a conseguir", algo que no se iba a conocer en el momento del salto al parqué.

Opción de nacionalizar

Asimismo, el director de Supervisión del Banco de España dijo que Bankia, inicialmente presentó un plan de recapitalización con dos opciones: salir al mercado o encontrar un inversor privado, a lo que el supervisor pidió que incluyera una tercera vía que pasaba por pedir ayudas públicas a Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), hecho fundamental para que el Banco de España aprobara la hoja de ruta. "Bankia tenía confianza de que íbamos a aprobar su plan de recapitalización porque este tercer punto decía, sino te vale todo, te nacionalizo", marró Martínez Tello a la fiscal Anticorrupción del caso, Carmen Launa. La fiscal trató de conocer si uno de los motivos por los que la entidad no incluyó inicialmente la posibilidad de ser nacionalizada es por miedo a un cambio en la gobernanza del banco una vez entrara el Estado. Martínez Tello, que no entró de forma incisiva en este punto, reconoció que muy probablemente esta posibilidad hubiera provocado un cambio en la cúpula.

Por otro lado, Launa preguntó al exdirector de supervisión si tuvo conocimiento de los famosos correos del inspector José Antonio Casaus fechados antes de la salida a bolsa que alertaban de la inviabilidad de la operación. Martínez Tello negó que le hubieran hecho llegar estos emails. Preguntado por si conocía la advertencia del mismo inspector sobre que había una necesidad de provisiones en el grupo de 16.000 millones de euros antes de su conformación como Bankia, el jefe de Supervisión aseguró que nunca se le transmitió y que conoció los cálculos -según este, "hechos en media hora"- una vez se inició el proceso judicial de Bankia.

Tello, además, admitió que el Banco de España requirió en varias ocasiones a Bancaja que se uniera al SIP (fusión fría) con el resto de cajas, ya que su incorporación permitía al nuevo grupo cumplir con los requisitos necesarios para recibir ayudas públicas.

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