Empresas y finanzas

La digitalización aportará al sector agrario 54.000 millones

  • El aumento de la demanda de alimentos ofrece grandes oportunidades
Foto: Archivo
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¿Qué potencial tiene la agricultura española? Solo la tecnificación y digitalización permitirían aumentar la producción vegetal un 8,8% en 2050, según un informe de PwC. El impacto acumulado hasta alcanzar esa meta dejaría un valor de 54.622 millones en las tres próximas décadas.

El reto alimentario es probablemente uno de los mayores a los que se enfrentará la Humanidad durante las próximas décadas. Según la FAO, en 2050 habrá que dar de comer a 10.000 millones de personas, 2.000 millones más que en la actualidad. Con la misma superficie agraria y unos recursos naturales cada vez más escasos habrá que incrementar la producción de alimentos un 70%.

Esta explosión demográfica, junto a la revolución tecnológica y el cambio climático, dibujará a lo largo de las tres próximas décadas un escenario muy distinto al actual: se abrirán nuevos mercados, pero habrá también nuevos y potentes competidores globales. ¿Está preparada la agricultura española para jugar en el futuro tablero mundial? ¿Sabrá superar sus debilidades y aprovechar sus fortalezas para convertir una amenaza en una oportunidad? Y, fundamentalmente, ¿cómo puede hacerlo?

Éstas son las preguntas a las que Jordi Esteve y Raquel Antón, de la consultora PwC, dan respuesta en el estudio El futuro del sector agrícola español, elaborado para la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla). Para el director general de esta asociación, Carlos Palomar, "se trata de un profundo análisis y una radiografía de mucha calidad del sector, en los que se definen algunos de los principales retos y se apuntan soluciones que podrían sentar las bases para una estrategia con prioridades claras de actuación".

Definir ya la estrategia

Una estrategia, advierte el informe, que hay que empezar a definir ya, porque, "en caso contrario, si se mantiene la senda actual y no se toman las medidas adecuadas, el futuro del sector puede verse gravemente comprometido y, como resultado, la consecución de los objetivos socioeconómicos del país, incluido el acceso a determinados alimentos por parte de sus ciudadanos".

En España, la agricultura es un sector estratégico no solo por su contribución económica, sino también por su valor desde el punto de vista social, territorial y medioambiental. En 2017, empleó de forma directa a 749.000 personas, generando una producción de 25.300 millones en ingresos y exportó por valor de 17.430 millones, con un superávit en la balanza comercial de 6.555 millones.

Para Esteve y Antón, nuestro país tiene una "situación privilegiada" en materia agrícola, con capacidad para satisfacer las necesidades alimentarias de su población y una "exitosa posición" en los mercados internacionales. A ello se unen los altos estándares de calidad y seguridad que le confiere la normativa europea. En el lado contrario, presenta debilidades evidentes como su atomización, su alta dependencia de la financiación de la PAC, el escaso poder para atraer trabajadores jóvenes y formados o su escasa inversión en innovación, ésta última derivada de una restrictiva normativa que impide hacer frente a la lucha contra las plagas o desarrollar nuevas variedades para adaptar la producción a las nuevas condiciones climáticas y a la vez mejorar la productividad.

Trabajadores cualificados

En base a esa radiografía, el informe de PwC fija la necesidad de aumentar la productividad, mejorar la eficiencia y orientarse al mercado y al consumidor. Desde el punto de vista local, preservar el medio natural y lograr un mayor empleo agrícola cualificado, y en materia medioambiental, mejorar la eficiencia de los recursos y la mitigación y adaptación al cambio climático.

La apuesta por la tecnificación, la digitalización y el desarrollo de la I+D+i son las palancas para lograr esos objetivos. Los drones, los sensores y cámaras permitirán gestionar de forma integrada la información para predecir las condiciones climáticas, lograr un riego más eficiente y controlado y seleccionar a la carta los insumos según las necesidades de cada planta, claves para garantizar la sostenibilidad económica de las explotaciones. Pero será fundamental también que los agricultores dispongan de fertilizantes y productos de sanidad vegetal para hacer frente a la prevención, control y erradicación de las plagas y se introduzcan nuevas variedades con técnicas de edición genética.

En términos de producción, la tecnificación y digitalización de la agricultura podría permitir aumentar la producción agrícola española en 2050 en un 8,8%. En términos monetarios, esto podría generar un impacto de 3.313 millones de euros en 2050 y un impacto acumulado en los próximos 30 años de 54.682 millones de euros.

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