
El beneficio neto de Repsol se incrementó un 10% en 2018 respecto al año anterior, hasta los 2.341 millones de euros, y fue el mayor registrado por la compañía en los últimos ocho años. Su consejero delegado, Josu Jon Imaz confirmó ante los analistas que prevé subir el dividendo desde los 0,9 euros por título de este ejercicio hasta el euro por acción en 2020. Las acciones de la compañía bajaron al inicio de la sesión, pero luego se recuperaron hasta cerrar sin cambios.
Con una facturación de 49.701 millones, un 20% superior, el resultado bruto operativo (ebitda) creció un 12% y se situó en 7.513 millones, cifra que este año espera aumentar hasta 8.000 millones a coste de reposición. El precio del crudo fue muy relevante, puesto que subió un 32%, hasta 71 dólares por barril de media, pero la petrolera destaca que en 2011, año en que ganó 2.193 millones, el barril cotizaba a más de 111 dólares.
Por actividades, el negocio de Exploración y Producción (upstream en inglés) duplicó su resultado, con 1.325 millones, gracias a las medidas de eficiencia implantadas, los mayores volúmenes -la producción creció un 3%, hasta los 715.000 barriles equivalentes diarios- y la mejora de los precios internacionales. El 63% de la producción fue gas, mientras que lo demás fueron líquidos. Este 2019 aspira a alcanzar los 720.000 barriles diarios.
En el caso de las actividades de Refino, Química, Márketing, Lubricantes, GLP, Trading y Gas, y Electricidad y Gas -downstream en inglés- alcanzó los 1.583 millones, por debajo de los 1.877 millones de 2017, por la debilidad del dólar frente al euro y las paradas de mantenimiento y mejora de las refinerías de Puertollano, Tarragona y Sines (Portugal). El indicador clave del margen de refino se situó en 6,7 dólares por barril, ligeramente por debajo de los 6,9 dólares de 2017.
La deuda, en 3.439 millones
El buen comportamiento de los negocios, más la venta de la participación en Naturgy, incidieron en la reducción de la deuda neta del Grupo hasta los 3.439 millones de euros, frente a los 6.267 millones registrados al finalizar el año 2017, lo que supone una caída del 45%. Ante los analistas, Imaz indicó que seguirá reduciéndola hasta quedarse en unos 2.800 millones a finales de este ejercicio. A cierre del año pasado, la liquidez ascendía a 8.742 millones de euros.
La compañía realizó durante el año inversiones por valor de 3.847 millones, aumentándolas un 32%, de las que 1.973 millones recalaron en upstream, 1.831 millones en downstream y 70 millones en la corporación y otros. Para este 2019 prevé una ligera reducción del desembolso para crecer orgánicamente, hasta los 3.800 millones; cualquier compra -ahora puja por X-Elio- será adicional a esa cifra.
Durante el año pasado se estrenó con fuerza en el negocio eléctrico al comprar en noviembre activos de generación a Viesgo por casi 3.000 MW, así como su comercializadora. En la actualidad ya cuenta con una bolsa de 810.000 clientes y tiene planes en marcha para sumar 289 MW adicionales.
Repsol incrementó la retribución a sus accionistas un 15% en 2018, hasta situarla en 0,9 euros por acción, y ante los analistas Imaz ratificó el compromiso de incrementar el pago al accionista hasta 0,95 euros en 2019 y alcanzar el euro por título en 2020.