
Francesco Venturini es el máximo responsable de Enel X, la división de tecnología y soluciones eléctricas innovadoras de la compañía italiana.
En España hay un amplio debate sobre la prohibición de los coches diésel en 2040. ¿Qué le parece?
Tenemos un reto con la polución y el cambio climático. Lo primero que hicimos hace 10 años fue intentar generar electricidad con renovables frente al gas o petróleo. La perspectiva que tiene la gente de nuestro negocio ha cambiado así como la forma en la que debe consumirse la energía, pero el próximo paso será cómo utilizamos la electricidad, la eficiencia y cómo electrificamos nuestro consumo. Desde Enel y Endesa estamos muy interesados en liderar esta transición. La movilidad eléctrica es una parte muy importante de nuestro negocio, porque pueden aportar muchas más cosas que los convencionales. El modo en el que nos movamos tendrá un gran impacto en nuestras vidas, pero también en cómo funcionan las redes.
El Gobierno español ha puesto sobre la mesa un reto muy ambicioso que no va a ser fácil, porque hay una industria que tiene que transformarse. Pienso que la cuestión está realmente en cómo transformar la industria de modo que no tenga un impacto en la economía, pero yo no puedo contestarte a esa pregunta porque es para los gobiernos.
Tenemos el mismo problema en Italia, no se trata de imponer los vehículos eléctricos, aunque es una señal, tienes que construir el sistema y pienso que estamos haciendo nuestra parte. Tenenos que comprender cómo van a recargar estos coches o cómo van a cambiar nuestras líneas de producción. Tenemos que comprender cómo digitalizar esos coches para que sean más eficientes y entender la industria para transformarla. Es un gran juego, pero una cosa es segura, ésta es la dirección y no tiene marcha atrás.
¿Ve problemas con los retos que suponen las baterías, las materias primas?
Son asuntos que el ser humano puede resolver. No pienses que tu coche convencional desparece de repente cuando dejas de usarlo. La polucion del coche es extrema. Hay que resolver el problema porque cada año se fabrican más de 100 millones. Hay que entender cómo se cierra el ciclo y se reciclan y eso no es un problema del eléctrico, sino de todos los coches. Hay una gran oportunidad para países como Italia y España para construir una nueva industria.
¿Cómo va la instalación de puntos de suministro?
En Italia va muy bien. Ahora hay 3.600 puntos de recarga y vamos a terminar con 5.000, lo que es una buena base. Instalamos alrededor de 200 puntos a la semana. Ahora es divertido porque muchos de los coches están en las áreas metropolitanas y el número está creciendo, pero no hay suficientes puntos públicos de recarga. Para viajar del sur al norte no tienes problemas, pero para recargar en Roma, por ejemplo, la gente tiene que esperar.
En España hemos comenzado con el sector privado, en empresas, garajes, tiendas, supermercados. El problema en España es la regulación actual, porque es muy caro instalar un punto de recarga público ya que pagas un alto precio por la potencia. Es algo que va a cambiar en los próximos meses.
¿Cuánta puede ser la diferencia entre España e Italia?
Es mucha. Puede ser de uno a tres, sino más y es algo que se debe resolver si quieres llegar a 2040 con la movilidad eléctrica, pero esto es natural y está pasando en todo el mundo. Cuando te mueves de un sistema a otro, algunas normas tienen que cambiar para abrir el mercado.
¿Y la red se adapta?
La red nunca es un problema. Siempre se adapta con inversión.