
Almirall despierta al fin de su pesadilla americana. El mal sueño le ha costado, eso sí, cerca de 500 millones de euros, lo que desembolsó hace unos meses por los cinco productos de su rival americana Allergan para volver a ser relevante en el primer país para el sector farmacéutico. Con estos medicamentos ya en cartera, las ventas en EEUU del laboratorio de la familia Gallardo pasarán de representar el 8% al que había caído en el primer semestre de 2018 a un 21% del total de sus ingresos.
Así lo ha anunciado la compañía en la conferencia anual de JP Morgan celebrada la semana pasada en San Francisco (EEUU), donde la farmacéutica catalana presentó a los analistas un análisis de sus resultados pro-forma, ya con la inclusión de los fármacos de Allergan, cuyo cierre de la operación se produjo en septiembre. En ese mismo documento, la compañía anuncia que prevé alcanzar un ebitda de 205 millones de euros en 2018, un 45% más respecto al año pasado. La farmacéutica ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento para 2018 hasta en tres ocasiones.
Cuatro productos de Allergan que ya se comercializan por Almirall sumaron unas ventas totales en EEUU de 70 millones de dólares en los seis primeros meses del año pasado, mientras que Almirall estima que el quinto fármaco, Seysara, -aprobado por la Agencia del Medicamento de EEUU en octubre- generará cuando esté a pleno rendimiento unas ventas superiores a los 150 millones de euros. La compañía catalana llevaba tiempo buscando una gran operación que consolidara su apuesta por la dermatología y finalmente llegó a un acuerdo con Allergan -la dueña del bótox- para comprar estos cinco medicamentos por 466 millones de euros. Y es que los Gallardo siguen confiando en EEUU como un país clave para la buena marcha de la compañía. Y eso pese a la grave crisis de ventas que sufrió la compañía en 2017 con su filial estadounidense Aqua, que le supusieron un deterioro contable de 246 millones de euros. "A pesar de las bofetadas, EEUU sigue siendo un mercado muy importante para nosotros", afirma el presidente Jorge Gallardo. Y es que antes de la caída de ventas de Aqua, que se llevó por delante al anterior consejero delegado Eduardo Sanchiz, Almirall obtenía hasta el 27% de sus ventas desde el país estadounidense.