El sector de las ingenierías españolas mejoró en 2018 su cifra de negocio un 2,3 por ciento, hasta alcanzar los 4.450 millones de euros. Un incremento que viene sustentado por el impulso de la facturación internacional, toda vez que los ingresos en España se mantuvieron estancados en un contexto en el que a la parálisis de la inversión pública se han sumado las dificultades para acceder a la financiación. Un entorno que, pese al repunte de la actividad a nivel global, ha propiciado que el número de empresas y de empleados haya descendido de nuevo.
De la cifra de negocios total, el mercado doméstico aportó 1.000 millones de euros, un volumen similar al registrado en 2017, de acuerdo con las estimaciones de cierre de ejercicio de la patronal Tecniberia, cuyos socios representan el 90 por ciento del negocio de las ingenierías españolas. Mientras, la actividad internacional continúo con el crecimiento ininterrumpido que acumula desde 2014. En concreto, el negocio exterior generó unos ingresos de 3.450 millones, lo que representa un 3 por ciento más que los 3.350 millones del año anterio.
La facturación en España podría haber tocado suelo en 2018. No en vano, es el primer ejercicio en una década en que no registra un retroceso. Ahora bien, las perspectivas para el próximo año, con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en el aire y las exigencias de control del gasto público tampoco invitan al optimismo. De hecho, en 2018 la licitación contratos de ingeniería se contrajo hasta los 315 millones de euros, lo que supone un descenso del 42,2 por ciento con respecto a 2017.
El repunte de los ingresos internacionales, después de la bajada de 2017, ha permitido mejorar las cifras totales del año. Sin embargo, la comparativa con el inicio de la crisis esclarece el declive que ha sufrido el sector de las ingenierías en España. En 2008, las empresas de Tecniberia facturaron 8.100 millones. Es decir, en una década han rebajado su facturación un 45 por ciento. De aquella, el mercado nacional aportó 5.600 millones, lo que implica 5,6 veces más que en la actualidad.
A pesar de la mejora de la cifra de negocio del último año, la destrucción de empresas y empleo no ha remitido. Según las estimaciones de la patronal que preside Luis Villarroya, las ingenierías redujeron el número de trabajadores hasta los 18.700, un 6,4 por ciento menos que los 19.972 de 2017. Este dato, no obstante, aún está por encima de los 17.890 que sumaban en 2015. En relación a 2008, la pérdida de empleados ha sido de casi 28.000 personas -un 59,7 por ciento menos-.
En el recorte del número de trabajadores influye, por un lado, los ajustes de personal que han tenido que acometer algunas ingenierías por la falta de proyectos en España y, por otro, la desaparición de empresas. Una muestra es la evolución del número de asociados en Tecniberia, que no ha dejado de caer en los últimos diez años.
En concreto, la principal patronal del sector cuenta en la actualidad con 56 compañías asociadas, de las que 12 son consideradas grandes, 13 medianas, 27 pequeñas y cuatro adheridas. En 2017 contabilizaba un total de 66. Y hace sólo cinco años eran 112, es decir, el doble que en la actualidad. En 2008, la cifra se elevaba hasta las 306 empresas, seis veces más.