
La preocupación existente en Europa respecto al espionaje chino a través de sus grandes compañías empieza a tener consecuencias. Las autoridades polacas arrestaron esta semana a dos personas acusadas de espiar para Pekín, una de ellas un alto cargo de Huawei en Polonia.
Tras conocerse la noticia ayer por la mañana, la Comisión Europea no tardó en mover ficha y decidió intervenir ante un caso que preocupa en Bruselas. "Contactaremos a las autoridades polacas para pedir más información", explicó en la rueda de prensa diaria la portavoz comunitaria Maja Kocijancic.
Las detenciones se produjeron el martes a partir de las pesquisas realizadas por la agencia de contrainteligencia polaca (ABW). Los arrestados son Weijing W, quien era director de ventas de Huawei en el país centroeuropeo, y el ciudadano polaco Piotr D., quien había trabajado para Orange en Polonia.
Sin embargo, ambos habían estado vinculados a sus Gobiernos. El primero había sido adjunto en el consulado chino en la ciudad polaca de Gdansk, mientras que el segundo había trabajado para la agencia de seguridad interna nacional, y tenía conocimiento de las redes de telecomunicaciones de los altos cargos del país.
La agencia de contrainteligencia polaca accedió a los hogares de ambos detenidos y se llevaron documentos y material electrónico. También irrumpieron en las oficinas de Huawei y Orange en Polonia. Ambos fueron acusados de espiar para China, y se enfrentan a una petición de cárcel de hasta diez años.
Un hecho similar en Canadá fue respondido por Pekín con arrestos de canadienses
El intercambio de información en caso de ciberamenazas o inteligencia compete principalmente a los Estados miembros. Sin embargo, fuentes comunitarias interpretaron la temprana intervención del Ejecutivo comunitario como una señal de la importancia que tiene el caso, no solo por la creciente relevancia que se da a la ciberseguridad, sino también por las potenciales ramificaciones del caso.
La creciente preocupación que existe en torno a Huawei, una de las principales compañías chinas, se extiende por el planeta. Canadá detuvo el pasado mes, a petición de la Administración estadounidense, a la vicepresidenta e hija del fundador Meng Wanzhou. La respuesta china no se hizo esperar. Pekín ha detenido a trece canadienses.
Mientras, Noruega se sumó esta semana al grupo de países que se plantea excluir a Huawei del desarrollo de la próxima generación de tecnología móvil en su territorio. Australia, Nueva Zelanda, Japón o EEUU ya han actuado en ese sentido. El vicepresidente de la Comisión Europea al cargo de Agenda Digital, Andrus Ansip, advirtió el pasado mes que los europeos deberían estar "preocupados" respecto al empleo de Huwaei y otras compañías chinas, dado que Pekín les obliga a introducir "puertas traseras" con las que acceder a la información o la infraestructura nacionales.