
Nuevo rumbo en Incosa. La compañía castellano y leonesa especializada hasta ahora en la supervisión de obras de infraestructura ampliará su modelo de negocio con el diseño de proyectos de ingeniería para crecer.
"Tradicionalmente la actividad principal se ha centrado en el control de obras de infraestructura, que es un negocio recurrente, bueno, pero no es en el que hay mayor valor añadido como ocurre con el diseño de proyectos de autopistas, instalaciones eléctricas o plantas de energía renovables", explica su consejero delegado, Javier Cid.
Cid pilota la compañía desde que el pasado mes de junio el empresario Gerardo Gutiérrez tomó el control de la empresa familiar. La estrategia de la "nueva Incosa" pasa por aprovechar el potencial que para el sector de ingeniería se abre en España. "Aunque no hay una reactivación de infraestructura grande, nosotros nos hemos diversificado mucho con actividades no solo en carreteras sino en ámbitos como aeropuertos, ferrocarril, sostenibilidad energética, en los que se está subiendo", afirma Cid.
Incosa quiere mirar también con mucho más detenimiento las oportunidades que ofrece el mercado europeo. Hasta ahora, su actividad se había centrado en proyectos ligados a los fondos estructurales en países del Este, como Bosnia o Serbia. "Aunque en Europa el ámbito de las infraestructuras es dificilísimo porque hay ingenierías muy buenas y mucha competencia, podemos crecer en otras actividades como patologías de edificios, análisis de suelos, medio ambiente...Sabemos hacer de todo", añade el CEO.
Tabla de salvación
La otra pata del "renacimiento" de Incosa pasa por el impulso en los mercados iberoamericanos donde la compañía está presente desde hace años con gran éxito. "Incosa ha hecho cosas muy inteligentes en el pasado que le han permitido sobrevivir en un sector que ha visto cómo la crisis ha acabado en España con dos tercios de las ingenierías existentes. Cuando las cosas en España fueron mal, marchó a Latinoamérica y abrió en Colombia y Perú y empezó a trabajar en Nicaragua, Bolivia, Paraguay, etcétera. Ésa ha sido su tabla de salvación", indica Javier Cid.
Por el momento, las cosas van viento en popa. Este año la previsión es mantener los 21 millones de facturación que se lograron el pasado ejercicio, aunque con mucha mayor rentabilidad por la política de "afinar al máximo la estructura de costes y ser más productivos" que se acometió con el cambio en el accionariado.
Cid señala al 2019. Ahora, la cartera de pedidos suma 39,5 millones. De ellos, proyectos por valor de 19 millones comenzarán a contabilizarse el próximo año. "Arrancaríamos el año con una previsión de facturación muy buena a la que todavía se sumarán nuevas adjudicaciones que pueden materializarse en estos dos meses". Acaban de conseguir uno con Aena de 1,6 millones, otro con Adif de 1,2 millones y otro con REE de 3,6 millones.
De hecho, Incosa ya se está rearmando desde el punto de vista laboral con la incorporación de profesionales que habían abandonado la compañía. Ahora, la plantilla está formada por unos 400 profesionales, de los que una parte son temporales vinculados a la ejecución de proyectos. "A partir de enero comenzaremos un proceso de incorporación que alcanzará las 30 o 40 personas", afirma Cid.
El directivo recuerda la trayectoria de 35 años de la compañía y destaca su carácter familiar pese a ser una multinacional y su fuerte vinculación a Castilla y León.
En definitiva, una nueva era para la empresa fundada por la familia Vega en la que han contado con el apoyo de las entidades financieras y de la Junta a través del Plan de Crecimiento Empresarial.