
El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, condenado a cuatro años y medio de prisión por el uso de las tarjetas black en la entidad, recurrirá su inmediata entrada en la cárcel al Tribunal Constitucional. Tras la sentencia del Tribunal Supremo del pasado mes de septiembre que ratificaba la sentencia de la Audiencia Nacional de febrero de 2017, el encarcelamiento del exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar, se hizo inminente. El exbanquero acudió el pasado día 10 octubre a la Audiencia Nacional a recoger la orden de ingreso en prisión. A partir de tener este documento en la mano, Rato disponía de diez días hábiles para ingresar en el centro penitenciario que él eligiera. El plazo acaba el próximo viernes 25.
El expresidente de Bankia alegará en su recurso la vulneración de sus derechos fundamentales, según informa Efe. Rato tiene de plazo para presentar acciones hasta finales de noviembre. En el caso de que los magistrados admitan a trámite su petición, la condena podría paralizarse puesto que es inferior a los cinco años de cárcel.
Sin embargo, el mismo día en el que se conoció el fallo del Supremo, la Fiscalía Anticorrupción aseguró que se iba a oponer a cualquier intento de los condenados a retrasar o evitar (a través del indulto) su entrada en prisión.
De momento, ya han entrado en la cárcel el que fue secretario de Estado de Hacienda, Estanislao Rodríguez-Ponga, y el exmiembro de la Comisión de Control de Caja Madrid, Antonio Rey de Viñas. Rodríguez Ponga, condenado por apropiación indebida, al igual que el resto de los 64 procesados, ingresó en el centro penitenciario de Soto del Real (Madrid) el pasado miércoles. Condenado a dos años y tres meses de cárcel, el exsecretario de Estado gastó 255.372 euros entre 2006 y 2011.
Rey de Viñas fue el primero en entrar a la cárcel, el pasado lunes, eligiendo el centro penitenciario de Navalcarnero (Madrid). El también exconsejero de la entidad gastó en su día con la visa opaca 191.595 euros.
Finalmente, Rato desembolsó 99.054 euros con su visa. El fallo del Tribunal Supremo aseguró que el exvicepresidente de Bankia utilizó el dinero de la entidad como si fuera suyo y se lucró indebidamente, permitiendo el lucro de los demás con un sistema pervertido de origen.