
El consejero delegado y fundador de Virgin, Richard Branson, se imagina ya flotando fuera de la atmósfera terrestre. En una entrevista concedida a la CNBC ha asegurado que la división espacial de la compañía, Virgin Galactic, estará en el espacio en cuestión de semanas, y que él mismo viajará allí en unos meses.
"Tenemos un par de meses muy, muy emocionantes por delante", afirmó Branson, que ha estado entrenando en los últimos meses para poder afrontar personalmente las fuerzas a las que se ve sometido un astronauta, y así alcanzar el espacio, pese a sus 68 años. El ciclismo, el tenis y el adecuar el cuerpo a las fuerzas G en la centrifugadora forman parte de su preparación física.
De cumplirse sus planes - inicialmente se preveía que Branson cruzara la atmósfera antes de abril de este año -, el CEO de Virgin sería el primer magnate que llegaría al espacio de la terna de grandes nombres interesados en el futuro negocio de vuelos turísticos más allá de la Tierra. Aunque su rival SpaceX ya ha vendido un billete para orbitar la Luna, no se prevé que sea Elon Musk uno de los pasajeros de ese vuelo, mientras que el Blue Origin comandado por Jeff Bezos prevé lanzar una misión tripulada en 2019 en la que tampoco parece que vaya a formar parte.
Space came one step closer today. First footage is in, check it out! #SpaceShipTwo pic.twitter.com/yTQdXVHEVE
— Virgin Galactic (@virgingalactic) 26 de julio de 2018
Virgin Galactic tiene ya una lista de espera de unas 700 personas para sus primeros vuelos comerciales, a pesar de que se desconocen las fechas y de que el billete cuesta 250.000 dólares.
Branson sigue defendiendo que habrá una demanda suficiente para los viajes espaciales siempre que sean asumibles económicamente. Así, prevé que dado el previsible aumento de la oferta, el precio de los billetes podría caer a los 40.000 o 50.000 dólares en la próxima década.
En este sentido, un informe de Bank of America Merrill Lynch publicado a finales del pasado año estimaba que el sector espacial alcanzará un volumen de negocio de 2,7 billones de dólares en las próximas tres décadas.