El fondo ProA Capital da el pistoletazo de salida a la captación de recursos para el que se convertirá en su tercer vehículo de inversión para capital privado. Tal y como ha podido saber elEconomista, la gestora española ya ha comenzado las primeras rondas de reuniones con los potenciales interesados con el objetivo de captar 450 millones de euros para invertir en pequeñas y medianas compañías españolas.
Según fuentes de mercado, el tercer fondo de la gestora controlada por Fernando Ortiz comenzará a estar operativo entre finales de este año y principios de 2019, en función de cómo se desarrolle el denominado fundraising. En cuanto a la base inversora, será similar a la de sus fondos anteriores: institucionales internacionales (fondos de pensiones, aseguradoras, entidades bancarias o fondos de EEUU y de Europa). ProA también podría presentarse a la próxima convocatoria del Fond-ICO -el programa para la financiación pública del sector del capital privado-, después de que el consejo del ICO aprobara la ampliación de 500 millones extra para este programa.
En cualquier caso, si ProA consigue finalmente los 450 millones que busca, se colocará entre los grandes fondos españoles que invierten en el segmento del mercado mediano: Portobello (650 millones), Magnum Capital (500 millones) y Alantra (450 millones). Su estrategia será similar a la de sus vehículos anteriores: buscan compañías españolas con valoraciones de entre 30 y 500 millones, con fuerte potencial de internacionalización, toma de posiciones mayoritarias, enfoque generalista (excepto inmobiliario).
Desinversiones
En los últimos meses, la gestora ha tenido un perfil más desinversor, que se ha materializado en ventas de participaciones emblemáticas como la de Saba o Suanfarma, a las que se sumará la de Ibermática, tal y como adelantó este diario a principios de este verano. De hecho, estas transacciones ha sido lo que ha frenado la operación de venta de su cartera de participadas a un fondo secundario después de que se acercaran una serie de inversores para plantear esta posibilidad meses atrás. Sin embargo, esta opción ha sido paralizada por la puesta en marcha de este nuevo vehículo, ya que podría conllevar un conflicto de intereses entre los inversores de vehículos anteriores.
ProA sigue buscando nuevas oportunidades de inversión y ha participado en varios procesos en los últimos meses, como en la venta de Alcaliber (el laboratorio de opio de Abelló) que finalmente quedó en manos del británico GHO, o el del grupo industrial Neoelectra, que sí consiguió cerrar estrenándose en el sector energético. Hasta la fecha, la firma ha cerrado varias operaciones en el sector de la alimentación (Palacios, que vendió a Carlyle; Moyca o Fruselva).