
Hay establecimientos en los que cada vez es más habitual que a la hora de reservar una mesa se pida una señal. En temporada alta y con gran demanda de mesa, los establecimientos quieren asegurarse tener sus comedores sin plazas vacías por reservas de comensales que no acuden a la cita.
Son muchos los que reservan una mesa y finalmente deciden comer en otro restaurante y ni siquiera avisan de que no acudirán. Los hosteleros quieren acabar con esta problemática de tener mesas a la espera de clientes que nunca van a llegar. Para ello, están decididos a normalizar esta medida para paliar las pérdidas que deben asumir cuando los comensales no se presentan.
Los hosteleros aseguran que algunos llegan a "reconfirmar que van a acudir y luego no se presentan". Del mismo modo, asumen el riesgo que supone esta medida, ya que les podría hacer perder algunos clientes. No obstante, los usuarios habituales ven con buenos ojos esta medida y piensan que "ayudará al empresario a organizarse".
Las reservas que quedan desiertas ocasionan pérdidas y perjuicios. Algunos hosteleros creen que podrían aplicar un plan de cancelaciones similar al de los hoteles, que cargan un porcentaje en la tarjeta de crédito al hacer la reserva que a la hora de cancelar "si se hace con tiempo" se devuelve.