
Las grandes telecos prevén reconquistar este año el liderazgo en el negocio de venta de terminales y dispositivos. Según estimaciones del sector, el grueso del mercado pertenecía a los distribuidores tradicionales (MediaMarkt, El Corte Ingles, Dominion, The Phone House), con una participación del 60 por ciento, mientras que los operadores se repartían el 40 por ciento restante. Estas diferencias se han ido reduciendo en los últimos meses en favor de Orange, Vodafone y Movistar, y todo apunta a que se producirá un vuelco antes de finales de año, de forma que el conjunto de las compañías de telefonía puedan volver a mandar como hacían hasta 2012.
Durante muchos años, los principales operadores de telecomunicaciones de telefonía móvil acaparaban en España hasta el 90 por ciento del mercado de venta de terminales y dispositivos de telecomunicaciones, quedando el 10 por ciento restante para el retail. Esa hegemonía se disolvió en febrero de 2012, cuando los grandes del negocio decidieron eliminar la subvención de los smartphones. El motivo esgrimido entonces por los operadores para acabar con lo que se daba era idéntico entre todos ellos: atajar la sangría de gastos que esa política de descuentos representaba en sus cuentas de resultados, con caídas generalizadas de la rentabilidad.
Aún recuerdan los consumidores con cierta nostalgia la facilidad que existía para renovar el teléfono móvil a través del cambio de proveedor de servicios o, muchas veces, con la simple amenaza de hacerlo. Pero sucedió que los operadores se cansaron de perder dinero para que lo ganaran los fabricantes y usuarios. Para ello, cerraron el grifo de la concesión de subvenciones en la compra del móvil, algo que era generalizado por el mero hecho de ser cliente o, quizá, por acordar determinadas compromisos tarifarios que vinculaba a los clientes con sus compañías durante cierto tiempo.
Mientras que Movistar y Vodafone descartaron cualquier estrategia de subsidio para la compra de terminales, Orange actuó de forma más tibia que sus rivales y aplicó esa herramienta comercial para captar y retener sus mejores clientes. "No subvencionamos abiertamente la compra de móviles, pero sí manejamos esa opción en casos concretos de abonados con alto nivel de gasto", indican fuentes cercanas a Orange. Este operador ingresó 344 millones en el primer semestre por la venta de equipos, un 5,5 por ciento más que en el mismo periodo de 2017.
Movistar ingresó alrededor de 179 millones de euros por la venta de móviles y dispositivos, de los que 88 millones se ingresaron en el último trimestre. Según explica esta compañía en sus últimos resultados trimestrales, el incremento interanual por la venta de terminales se cifró en el 7,5 por ciento. En todo el grupo Telefónica, este tipo de negocio creció el 19,6 por ciento en el segundo trimestre y el 18,1 por ciento en el semestre.
Vodafone España ingresó entre los pasados meses de abril a junio alrededor de cien millones de euros por venta de terminales, según se desprende de la diferencia entre los ingresos totales y los ingresos por servicios. Precisamente Vodafone España anunció la semana pasada una ofensiva para incentivar la renovación de móviles, pero sin ofrecer subsidios. Así, propone la financiación a plazos sin intereses durante 24 meses, con el regalo de 10 GB de datos al mes extra durante 1 año por cada móvil comprado y servicios de postventa de reparación en menos de 5 días. Para redondear la jugada, el operador ofrece descuentos de hasta 450 euros en la compra de un smartphone con la entrega de uno usado.
Según las cifras agregadas de la CNMC correspondientes a los ingresos minoristas por venta y también alquiler de terminales, este negocio rozó los 1.950 millones en 2017, un 5,5 por ciento menos que los mismos datos del año anterior, que sumaron entre los cuatro trimestres de 2016 cerca de 2.956 millones.