BERLIN, 26 (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Rosa Aranda)
El tribunal regional de la ciudad alemana de Duesseldorf, en el Oeste del país, reanudó hoy el 'caso Mannesmann', en el que además del actual consejero delegado de Deutsche Bank, Josef Ackermann, hay otros cinco imputados por gestión desleal en la compra en el año 2000 del operador de telecomunicaciones Mannesmann por la empresa británica de telefonía Vodafone.
En la primera sesión del nuevo jucio del 'caso Mannesmann', el pleito económico más conocido en Alemania, el abogado de Ackermann informó hoy de que su cliente no comparecerá hasta el próximo 2 de noviembre y que en caso de ser declarado culpable de desfalco dimitirá de Deutsche Bank.
El consejero delegado de Deutsche Bank entró por una puerta lateral al Tribunal y saludó a la muchedumbre con un símbolo de la victoria.
Los dos primeros acusados que han declarado en esta primera sesión, de tres horas de duración, fueron el ex secretario general del sindicato alemán del sector, IG Metall, Klaus Zwickel, y el ex director de Mannesmann, Klaus Esser.
Estos dos imputados volvieron a rechazar hoy las acusaciones de las que son objeto ellos y los otros cuatro inculpados, de haber pagado cincuenta y siete millones de euros en bonificaciones ilegales a altos ejecutivos de Mannesmann para facilitar la venta por 180 millones de euros de la misma empresa a su rival británico Vodafone.
Estas primas cuestionadas por la Justicia alemana fueron acordadas por el consejo de vigilancia de Mannesmann, al que por entonces pertenecían tanto Ackermann como el también inculpado Klaus Zwickel. Su objetivo era facilitar el éxito de la OPA hostil lanzada por Vodafone.
El Tribunal de primera instancia de Duesseldorf absolvió a los inculpados a finales de julio del 2004, pero en diciembre del año siguiente el Tribunal Supremo alemán consideró nula la sentencia del Tribunal de Duesseldorf, por contener esta "ciertos fallos", y volvió a remitir el caso por "gestión desleal" al mismo tribunal regional.
El caso de las primas de los directivos de Mannesmann originó un fuerte debate en Alemania, país en el que a diferencia de Estados Unidos o Reino Unido ésta no es una práctica habitual. Como consecuencia, el Ministerio alemán de Justicia aprobó una nueva ley por medio de la cual los directivos alemanes están obligados a hacer públicos sus honorarios.
El juicio continuará exactamente dentro de una semana en Duesseldorf, y será entonces cuando el principal acusado, Josef Akermann, se siente en el banquillo.
Ackermann, al que se le reconoce un gran mérito en Alemania por haber contribuido a aumentar el volumen de negocios y a recortar los costes del principal banco del país, está minando ahora con el 'caso Mannesmann' la imagen de Deutsche Bank.
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