
Arquia vive un momento decisivo. Decidirá si deja de ser cooperativa y se convierte en banco. Su director general, Xavier Ventura, señala que la medida se adoptara pronto y se muestra dispuesto a analizar más compras tras Profim y Caja de Abogados.
¿La recuperación del sector inmobiliario y, por tanto, de los clientes tradicionales de la entidad está ayudando a una mejora del negocio?
Nuestro ciclo de cliente es muy largo. Este año hacemos 35 años y tenemos clientes que lo son desde el inicio de la caja. Y no tenemos clientes que lo sean totales, sino que son compartidos con otras entidades. En número de visados se está notando la actividad inmobiliaria, pero muy lejos de los niveles de 2006-2007, y se ve en nuestros clientes.
Por las palabras entiendo que no ve que hay signos de una burbuja inmobiliaria.
La escalada de precios en algunos lugares es muy significativa. Lo que vemos es muchas ganas de invertir en inmobiliario por particulares porque no hay otras alternativas, más allá de si es o no rentable, y hay mucha liquidez, pero, pese a todo, estamos lejos de una burbuja, aunque si se mira objetivamente haya cierto calentamiento del mercado.
¿Cómo está evolucionando el plan de diversificación de clientes?
Ahora ya solo tenemos un 40% que están ligado a la arquitectura. Hace tiempo que venimos ampliando el negocio a otros colectivos. En el plan 2016-2019 fijamos la apertura a otros colectivos y la compra de Caja de Abogados nos ha facilitado mucho este objetivo, pero ya lo estábamos haciendo con médicos, farmacéuticos, etc. Lo que pretendemos es su fidelización, ofreciéndoles mayor calidad de servicio, de ahí que adquiriéramos la firma de asesoramiento Profim.
¿Qué objetivo de crecimiento tiene la entidad?
Queremos que en 2019 el negocio se haya duplicado con respecto al de 2016, para alcanzar los 4.000 millones. Estamos en camino de conseguir este objetivo, porque en 2017 cerramos con 3.200 millones, de los que recursos de clientes son unos 2.500 millones. De estos 700 millones son fondos de inversión y nos gustaría alcanzar los 1.000 millones en 2019, es decir, un 40% del total. El año pasado crecimos un 55% en este segmento y en el primer trimestre mantenemos un alza del 45%.
¿La entidad se plantea realizar nuevas adquisiciones?
Estamos atentos a oportunidades que puedan surgir. Continuamente miramos. Tenemos dos frentes en donde queremos aprovechar las oportunidades: con todo Mifid II nuevas EAFIs pequeñas, que no podrán construir la estructura exigida, que podemos incorporar sin dificultad a Profim; y la compra de negocio de clientes con rentas medias, de consumo o de seguros.
Y la expansión internacional, ¿para cuándo?
Se nos ha retrasado el plan, que era poner en marcha dos oficinas de representación en Portugal, por la compra de los locales y sus reformas, por los cambios tecnológicos dentro de la entidad para tener una banca digital potente, además de por la compra de Abogados que no estaba prevista y nos ha consumido recursos. Previsiblemente abriremos a principios del próximo año en Lisboa y Oporto.
¿Los socios de Abogados se están convirtiendo en vuestros socios?
Estamos en un proceso para transformarnos en banco, de hecho en los próximos meses decidiremos si hacemos la conversión o nos mantenemos como cooperativa. Por tanto, tenemos suspendidas las compras y ventas de capital, desde finales de 2017, por este proceso. Aún así, nosotros nunca hemos obligado a los clientes ser socios. Tenemos 150.000 clientes y 30.000 socios.