
La conflicto laboral que atraviesa Ryanair por los bajos salarios y las desiguales condiciones de trabajo está a punto de desembocar en una huelga paneuropea. Las negociaciones de las últimas semanas no han dado frutos por lo que el próximo cuatro de julio los tripulantes de cabina (TCP) de las bases de España, Italia, Bélgica, Holanda y Portugal anunciarán desde Dublín las fechas de la huelga que, en principio, tendrá lugar entre julio y agosto. La plantilla de Alemania también negocia con Ryanair pero no pueden amenazar con paros hasta que no rompan conversaciones.
Los TCP o azafatas llevan meses anunciando huelgas para el verano si no llegaban a un acuerdo con la low cost antes del 30 de junio. La fecha ha llegado sin pacto a la vista, lo que ha afectado al ritmo de venta de billetes de los meses de más actividad. Ante el riesgo de retrasos y cancelaciones (se calcula que afectará a 115.000 pasajeros al día sólo en España) muchas personas están evitando o retrasando la compra de los billetes para volar con la compañía irlandesa, lo que permite actualmente encontrar descuentos de hasta el 20% en la web en destinos tan demandados como el Londres-Madrid, Berlín- Mallorca, Madrid-Roma o Costa Brava-Inglaterra para el puente de agosto, una situación anormal en temporada alta.
A su vez, en las últimas semanas, algunos billetes han ido bajando de precio, como el Madrid-Londres mientras que en otras compañías como easyJet han subido. Así, se puede hacer esa ruta con Ryanair por unos 95 euros ida y vuelta mientras que la oferta más barata de la competencia no baja de los 150 euros. Los sistemas de venta de Ryanair y de todas las compañías aplican descuentos a los billetes en cuanto detectan que el ritmo de ventas es más bajo de normal o que no se llenarán los aviones. En este punto, la firma reconoció que bajó precios en los vuelos a Barcelona en pleno conflicto independentista para compensar el descenso de la demanda.
La firma que preside Michael O'Leary sí que reconoce precios más bajos pero no los vincula con la huelga. "Ryanair siempre ofrece las tarifas más económicas del sector. Éstas se venden en orden de compra y suben a medida que las tarifas más bajas se agotan. Además, de vez en cuando sacamos tarifas promocionales que pueden hacer bajar nuestros precios", asegura.
Ya no pagan por trabajar
El problema de Ryanair con la plantilla se remonta a agosto de 2017 cuando pilotos y TCP reclamaron mejores condiciones laborales y tener un sindicato. En diciembre, ante la última amenaza de huelga en toda Europa, O'Leary se comprometió a reconocerlos y subió salarios. Casi siete meses después sólo ha llegado a acuerdos en Inglaterra e Italia. Así, en España, Bélgica, Holanda, Alemania o Portugal, donde ya ha habido una huelga que fue mitigada con personal de otras bases, el conflicto sigue abierto ante la negativa de O'Leary de asumir ciertos puntos que en España, por ejemplo, son obligatorios por ley.
Así, aunque en nuestro país ha habido acercamientos, las conversaciones ha encallado en tres punto: el reconociemiento de días sindicales, el uso de asesores ajenos a la compañía en la mesa de negociación y la inclusión en los acuerdos a los TCP contratados a través de las empresas de reclutamiento como Crewlink. Así, los trabajadores critican por un lado que están sometidos a la legislación irlandesa, cuyas condiciones laborales son peores que en España, y que la mayor parte de la plantilla trabaja en peores condiciones al no estar directamente contratadas por la low cost. En este punto, los pilotos han presentado una demanda ante la Audiencia Nacional para ser reconocidos como trabajadores españoles y el viernes tuvieron su primer encuentro en el SIMA para llegar a un acuerdo.
Otra consencuencia de la complicada situación laboral de los TCP y el alza de la actividad es la fuga de personal, que está llevando a la compañía a tener problemas para operar los vuelos. Una situación que se agrava cuando hay huelgas. Fuentes sindicales explican a este diario que en el último año se ha ido la mitad de la plantilla de la base de Madrid y que, aunque han ido reponiendola, Ryanair tiene problemas para encontrar nuevos trabajadores que les duren más de seis meses. Así, la firma de bajo coste ha dejado de cobrar 3.000 euros por los cursos de formación y ahora no sólo los regala si no que paga 28 euros al día por las seis semanas de instrucción (unos 840 euros). Los primeros cursos gratuitos empezaron en mayo, justo para tener personal listo para afrontar la temporada de verano en julio. También ha empezado a regalar el uniforme.
El conflicto laboral está alcanzando tales dimensiones que va a llegar hasta la Junta de Accionistas. Los TCP han conseguido que los sueños inviten a algunos representantes de los trabajdores a hablar en la junta del 18 de julio para explicar los problemas que tienen.