
Juan Pablo Ovejero es la tercera generación al frente de la compañía farmacéutica especializada en sanidad animal Grupo Ovejero. Veterinario, como su padre y abuelo, es también heredero del espíritu innovador que ha caracterizado a la compañía desde su fundación en León hace 70 años. Ahora ha convertido a esta empresa familiar en avanzadilla en nuestro país en el desarrollo de la inmunoterapia, una tecnología que fortalece el sistema inmunitario para reducir los tratamientos con antibióticos en las patologías que afectan a la cabaña ganadera.
¿Cuáles son las principales especies ganaderas a las que Grupo Ovejero dirige su actividad?
Estamos muy focalizados tanto en grandes rumiantes, vacuno de carne y de leche, como en pequeños, que en España han sido sectores muy productivos. También en el sector porcino y tenemos productos veterinarios para aves, además de ser líderes en productos inmunológicos en el sector cunícula.
¿Qué facturación alcanzan y cuáles son los principales mercados a los que destinan su producción?
Facturamos 25 millones de euros. El 50 por ciento de nuestra producción se exporta fuera de la UE y el resto se reparte, entre España, que acapara un 25 por ciento del negocio, y Polonia, donde hace nueve años compramos una compañía muy asentada que nos permitió entrar con fuerza en el principal mercado europeo de carne de ave. Llevamos 20 años trabajando de manera contante en distintos países con clientes que apuestan por nuestros productos.
¿Cuáles son sus últimos pasos en internacionalización?
Estamos empezando ahora en Filipinas y estamos también fortaleciendo nuestra estructura dirigida a industrias de producción de carne, leche o huevos en países como México y Rusia, donde tenemos oficinas comercializadoras, al igual que en Perú y Argentina. Nuestros centros de producción están en España y Polonia y el Grupo tiene además empresas especializadas en el desarrollo de I+D en las que trabajamos con spin off y colaboramos con las universidades para llevar el know how a la producción industrial.¿Qué inversión realizan en I+D?Intentamos mantener una inversión equilibrada respecto a nuestro volumen de negocio, y varía entre el 5 y el 8 por ciento, tanto en infraestructuras para mantener la calidad óptima de la producción como, fundamentalmente, en adquirir conocimientos tanto por nuestra parte como colaborando con centros de investigación públicos y privados, españoles y de otros países europeos o americanos.
¿En qué consiste y por qué apuestan por la inmunoterapia?
Hay un renacer de este tipo de tratamientos, que por otro lado siempre ha existido. Mi abuelo, fundador de Laboratorios Ovejero, trabajó ya en el desarrollo de medicamentos que ayudaban al sistema inmunológico. Se trata de aprovechar los conocimientos científicos que se tienen para lograr que la respuesta inmune de los animales cure de por sí las enfermedades o las patologías de tipo infeccioso en el ganado. En el sector de la salud humana ha habido un gran desarrollo tecnológico y se han puesto en el mercado muchos productos novedosos, como tratamientos personalizados contra el cáncer o el sida, que han dado muy buenos resultados, pero en veterinaria todavía no habían llegado. Esta tecnología, en la que nosotros hemos centrado casi exclusivamente nuestro desarrollo en I+D durante los últimos 15 años, nos permite ayudar a los profesionales veterinarios al darles una opción diferente a la que han tenido hasta ahora y sustituir y alternar los tratamientos tradicionales para reducir los productos químicos.
España es el país de la UE que más antibióticos utiliza en sanidad animal. ¿Están dando respuesta a una demanda social favorable a la reducción de esos productos?
En Laboratorios Ovejeros siempre hemos trabajado los productos inmunológicos, que van por la línea de la prevención, algo que es básico para reducir el número de tratamientos. En España, comparativamente, se aplica más la antibioterapia y creemos que la inmunoterapia es una gran apuesta de futuro. De hecho, el sector de la sanidad animal está muy concienciado y está trabajando para, manteniendo los parámetros productivos de los animales, reducir al máximo el consumo de este tipo de medicamentos y, sobre todo, utilizarlos de manera responsable. Se está consiguiendo y el pasado año ya ha habido una reducción importante del uso de algunos antibióticos y se prevé que sea mayor. Pero no es un problema español sino de muchos países europeos. Tenemos que darnos cuenta de que se puede cambiar el sistema de producción y los métodos de trabajo y que la inmunoterapia puede aportar en ese cambio unas alternativas diferentes y que reduzcan el uso de algunas moléculas.
Además de reducir el uso de antibióticos, ¿qué más beneficios aporta?
Nosotros hemos puesto en el mercado el primer medicamento basado en esta tecnología dirigido no sólo a reducir los tratamientos, sino a mejorar tanto la calidad como la productividad de la leche de vacuno. La estructura económica de este sector ha cambiado con la supresión de las cuotas y la sostenibilidad económica de las explotaciones va a venir por lograr producir de una manera óptima apostando por la tecnología, el equipamiento, la genética y, fundamentalmente, la sanidad. Los resultados que ofrece la inmunoterapia están siendo muy esperanzadores. Además, contribuye al bienestar animal porque mantiene al animal sano el mayor tiempo posible.
¿Y económicamente lo nota el ganadero?
El cálculo económico no deriva sólo de un factor sólo. Por los cálculos estimativos que hemos hecho en distintas zonas de España con distintos tipos de ganados, entornos y genética, la inmunoterapia ayuda, además de a la reducción de tratamientos antibióticos, a aspectos como la calidad de la leche producida, a los parámetros reproductivos, que son fundamentales para conseguir que los ciclos de producción sean los más adecuados, y que los días de lactancia sean los mayores posibles. Trabajamos para que el animal esté más sano y eso se traduce en mayores niveles de producción. Estamos hablando de que puede generar un beneficio económico de 600-700 euros al año por animal si vas sumando todos esos parámetros mejorables. No solamente se están controlando las patologías de una forma no agresiva sino que está produciendo más leche.
¿Son lentas las administraciones en los procesos de autorización?
El proceso de autorización no es fácil, lleva mucho trabajo, tener la máxima garantía de que lo que sale como medicamento al mercado tiene calidad, seguridad y reúne las características de eficacia para la que fue diseñado. Eso hace que expertos de muchas materias comprueben que se cumplen los máximos niveles de exigencia. Ése es el valor añadido que tiene un medicamento, que las características de los productos que desarrollamos están reconocidas por las autoridades nacionales e internacionales. El producto que funciona con inmunoterapia lo hemos desarrollado nosotros, patentado la tecnología, desarrollado la molécula y hemos hecho todos los estudios para que se transforme en un medicamento. Pensamos que es la mejor vía para apoyar la salud animal y humana y cuanto más regulado esté mejor. Existen muchos métodos para mantener la salud, como la alimentación, los complementos dietéticos que se pueden combinar pero el medicamento es el único que está comprobado.
¿En España cómo estamos en cuanto a investigación en este terreno?
Tenemos un equipo científico con experiencia internacional, con centros de investigación de primer orden con publicaciones en las mejores revistas científicas. En Madrid colaboramos con el Centro de Biología Molecular. En España es conocido y reconocido que se ha invertido mucho y hay un gran bagaje científico y es lo que está permitiendo a las empresas desarrollar tecnología que se pueda exportar. Colaboran mucho con la Universidad de León, que tradicionalmente ha sido un referente en Veterinaria. Tanto mi abuelo, que fue catedrático en esa Universidad, como mi padre y yo, que también somos veterinarios, hemos intentado mantener mucha relación con la Universidad porque creemos que es de donde viene el conocimiento. Colaboramos también con la de Valladolid. También reconocemos que convenios como el que la Junta de Castilla y León ha firmado recientemente con las ocho universidades de la región y el Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl) para transferir conocimiento y ganar fuerza en base tecnológica son clave. Ése es un paso muy importante que la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, está impulsando personalmente y va a ayudar en los próximos a crear valor y empleo.
¿Cómo consigue una empresa familiar competir con grandes multinacionales?
La innovación, la competitividad, la internacionalización son factores necesarios pero fundamentalmente son los valores de las empresas familiares vinculados a las siguientes generaciones y al territorio. Eso es lo que te permite que, a pesar de las dificultades, mantengamos el centro de decisión aquí. Grupo Ovejero pertenece a Empresa Familiar de Castilla y León, unas de las asociaciones de este más fuertes de España, que integra a más de 150 compañías que son ejemplo de este anclaje al territorio.