
El futuro siempre llega, pero ahora lo hace más rápido porque ya está en pruebas. En el súper de Amazon en Seattle entras y sales con tu compra sin pasar por caja. En el de Alibaba, Hema, puedes adquirir vivo el pescado y llevártelo a casa o que te lo cocinen y comerlo allí mismo. En este supermercado chino también es posible hacer la compra escaneando el código de barras de los productos a través de su aplicación y todo mientras ves pasar bolsas por el techo con los pedidos online que llenan los telecompradores que recorren la tienda. En Walmart, mientras tanto y entre otras cosas, prueban un servicio para instalar cerraduras inteligentes en las viviendas que les permitan llevarte la compra cuando no estás en casa. Eso sí, podrás ver cuándo abren el candado en tu móvil. | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Alimentación.
Lo único claro del futuro es que las tiendas físicas no van a desaparecer. Lejos de eso "serán cada vez más protagonistas", señala el director de Innovación, Proyectos y Servicios de la Asociación de Empresas del Gran Consumo (Aecoc), Jordi Mur. El reto del comercio, concretan en Ipsos, reside en dotar a sus establecimientos de nuevos significados, apostando por formatos originales y servicios que van más allá de la venta, reutilizando el espacio para satisfacer las necesidades del comprador y aumentando el valor añadido. Nuevos espacios que permitan integrar iniciativas online y offline y experiencias físicas con realidades virtuales o aumentadas. El gran consumo está en ello, explora las posibilidades de nuevas tecnologías como el Internet de las Cosas, los asistentes de voz, pero también lo que ofrecen los drones, la comunidad virtual, la economía colaborativa, la robótica o la impresión 3D. Todo para configurar el súper que está por llegar.
Observatorio de Aecoc
Aecoc acaba de poner en marcha un observatorio para asesorar e informar a sus socios sobre las últimas tendencias tecnológicas en la distribución y el gran consumo. Una nueva plataforma que en su primer informe señala como los disruptores más próximos la analítica avanzada, el Internet de las Cosas, el comercio de nueva generación, la economía colaborativa y el compromiso con el cliente. Mientras que entre las tendencias que apuntan a una aplicación algo más a futuro están la robótica, la impresión 3D, la realidad virtual y los vehículos autónomos.
Muchas de estas tecnologías ya están presentes en nuestro día a día, como el Big Data. Las tarjetas de fidelización de los establecimientos se nutren de toda la información de nuestras compras, datos que les sirven luego para ofrecernos descuentos personalizados que irán más allá. Porque toda esa información se desarrollará para poder "vincular el consumo con acontecimientos deportivos, con eventos externos metereológicos, incluso modas y crear promociones de más alto valor", señala Mur.
La utilización de estas análiticas ofrece al establecimiento la posibilidad de predecir la demanda real para, por ejemplo, adaptar el surtido al público de cada tienda. El Big Data va más allá, sirve para maximizar la sostenibilidad de la tienda a través de una iluminación inteligente así como para prevenir el desperdicio, ya que permite controlar las fechas de caducidad de los productos para sacarlos en oferta antes de que se pasen.
Otra de las innovaciones cada vez más presente viene de la mano del Internet de las Cosas. Uno de cada cuatro distribuidores se ha sumado ya a esta tendencia y el número de dispositivos conectados no para de crecer. Aecoc estima una base instalada de 25.000 millones de dispositivos en 2020, año en que entrarán en funcionamiento hasta 7.500 millones de unidades. Ahí está hoy en muchas casas el Amazon Dash, el botón físico del gigante americano que permite adquirir productos con solo pulsarlo. Ese clic basta para poner en marcha la cadena que termina cuando el producto llega a casa, y no hará falta ni eso. Los asistentes de voz se anuncian como la siguiente gran revolución para el comercio. Se estima que más del 50% de las búsquedas que se realicen en 2020 se hará a través de la voz, un porcentaje que ya se supera en Estados Unidos.
Amazon tiene disponible a Alexa, Apple a Siri y Google toma posiciones con Assistant. Se crearán nuevos momentos para realizar la compra como, por ejemplo, mientras conducimos. Pero, sobre todo, cambiarán el terreno de juego para las marcas y para los distribuidores, que tendrán que posicionarse en los buscadores de esos asistentes igual que ahora lo hacen en Internet. Mur señala que deberán incluso desarrollar "palabras clave" para que esos buscadores les identifiquen a ellos antes que a la competencia. Y todo está más cerca de lo que parece, las aplicaciones de muchas cadenas de supermercados ya permiten realizar la compra con la voz.
Mejorar la experiencia
El reparto a domicilio también se promete distinto al actual con la llegada de los vehículos autónomos o los drones. "No solo es el producto y el precio, ahora también hay que entregarlo en tiempo", recalca Mur. En su opinión, la distribución firmará acuerdos con empresas Uber, repitiendo un esquema similar al que ya existe en la hostelería.Todos esos pedidos que le llegan al súper los configurará un telecomprador.
Robots que completen el pedido desde almacenes o en la propia tienda, pero también expertos en la compra de un determinado producto que "lo eligen como si lo hicieras tú", explica Mur. Junto a ellos ya se ven automátas que actúan como asistentes de compra y ayudan al consumidor durante su estancia en el establecimiento, como el Romerito de los supermercados Sánchez Romero.
Los cambios que se avecinan no se quedan ahí. La realidad virtual permite realizar la compra como si estuviéramos en el mismo mercado mientras que la impresión 3D hará que el consumidor pueda imprimir alimentos al momento en el propio súper. Aunque, si hay una tendencia a descartar, señala Mur, será esa. La razón es la existencia de una cierta barrera psicológica. La economía colaborativa también tendrá su presencia en el súper, con la posibilidad de que los clientes compartan recetas pero también se trabaja en otras propuestas, como conectar a las personas que no quieren desperdiciar comida para compartirla.
En todo esto hay que tener una premisa bien presente y es que "no hay que tener miedo a equivocarse", señala la responsable de diseño de marca propia de Dia, Ana Terrés, "todo es ensayo error". El director de Innovación de Aecoc avisa que en muchas de estas tecnologías existirá la regla que se aplica a las startups y alrededor de "un 70 por ciento no triunfará".
En todo caso, todos apuntan a un hecho y es que la tecnología ya existe, "es lo que quiere demostrar Amazon con su súper", apunta Mur. Lo que está por ver, es quien pondrá sobre la mesa la inversión suficiente para llevar a cabo la transformación de las tiendas físicas. Eso sí, quien golpee primero y acierte, lo hará dos veces.