
SoftBank es la única cabeza visible, por el momento, del consorcio internacional que habría realizado una oferta de 20.000 millones de euros a la FIFA para comprar los derechos del Mundial de Clubes y organizar una especie de Liga mundial que reúna a los mejores equipos del planeta. Según informa Financial Times, la empresa japonesa formaría parte de un fondo de inversiones que tendría miembros repartidos por Emiratos Árabes Unidos, China, Arabia Saudí y Estados Unidos, vertebrados todos ellos por Centricus, un grupo inversor afincado en Reino Unido que ya ayduó en su momento al conglomerado nipón a crear su fundación Vision Fund.
Esta semana, The New York Times anunciaba la recepción por parte del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, (en el Consejo de la FIFA celebrado en Bogotá) de una propuesta para revitalizar el Mundial de Clubes y la creación de una nueva competición, aunque no reveló la identidad de los pretendientes ni a su propia directiva, que rechazó la oferta.
A pesar del rechazo de su Consejo, el presidente del máximo organismo del fútbol mundial se declaró a favor de seguir en esa línea y buscar un torneo que ayudase a sanear las cuentas de la entidad, tocada desde los escándalos de corrupción que acabaron con el reinado de Joseph Blatter en 2015, tras 17 años en el cargo.
De hecho, tras conocerse la información de The New York Times se filtraron los planes de la FIFA para remodelar el Mundial de Clubes, con unas características (en número de participantes, periodicidad y formato) muy similares a las que habría ideado el fondo de inversiones que contactó de manera unilateral con Infantino.
En paralelo a estos cambios en el Mundialito, aparece en el horizonte la sombra de una nueva competición, para la cual FIFA y el consorcio se aliarían a través de una empresa conjunta en la que la entidad tendría el 51% de las participaciones. El nuevo torneo se celebraría cada dos años y se basa, ante todo, en la consecución de un objetivo: trasladar, o al menos compartir, el foco del fútbol de Europa a otros lugares del mundo.
Fuentes del proyecto mencionadas por Financial Times lo explican de la siguiente manera: "La idea es que el fútbol mundial no se trate solo de Europa (...) es el evento social más grande del mundo con 3.000 millones de seguidores, pero no tiene una comunidad global al margen del Mundial".
Así, esta nueva competición surgiría como una alternativa poderosa, a nivel de equipos, para satisfacer los deseos de FIFA de tener un torneo que pueda hacer sombra a la Champions League y garantice una fuente de ingresos prometida por Infantino al tomar posesión de su cargo. Al presidente le queda poco más de un año de mandato y se le acaba el tiempo para cumplir su promesa.
La propuesta del consorcio en el que se encuentra SoftBank sigue sobre la mesa. La empresa fundada y presidida por Masayoshi Son saltaría, de esta manera, al ruedo del deporte rey si el acuerdo sale adelante. A este efecto, la próxima reunión del Consejo de la FIFA, en junio con motivo del Mundial de Rusia, puede resolver algunas incógnitas.
Se trata de una nueva diversificación del negocio de SoftBank, que ha probado suerte en las energías renovables, los servicios financieros o la tecnología, entre otros sectores. En cuanto al deporte, sería la segunda intentona de SoftBank, después de que en 2005 comprase un equipo de la liga de béisbol japonesa, el Fukuoka SoftBank Hawks.