Empresas y finanzas

Doce meses de pugna para aflorar 4.500 millones de valor en Abertis

  • El acuerdo entre ACS y Atlantia pone un techo a la cotización del grupo concesionario español

El acuerdo esta semana entre ACS y Atlantia para afrontar de forma conjunta la adquisición de Abertis ha sido un giro inesperado en un año frenético para la concesionaria de autopistas, que hace todavía doce meses cotizaba ajena al intenso ejercicio que tenía por delante.

La larga pugna entre los dos grupos, la manifiesta mala sintonía del Gobierno español con Atlantia, la presión de los fondos de inversión y el papel de Criteria, han sido factores clave para que, en apenas quince meses, el valor bursátil de Abertis haya pasado de 13.200 millones a rozar los 18.000 milloens, haciendo aflorar un valor oculto por encima de los 4.500 millones. La cifra podría haber sido mayor, pero las acciones del grupo han aflojado su subida en los últimos días, tras evaporarse la posibilidad de una guerra de precios a sobre cerrado entre los ahora socios y antes competidores.

No obstante, tras un ascenso en bolsa que ronda el 35 por ciento, incluso fuentes cercanas a Abertis reconocen que su precio es ajustado y este viernes los títulos cerraron a 18.17 euros, ya por debajo de los 18,36 euros que ofrecen Hochtief y Atlantia. Todo lo contrario a lo que sucedía hace quince meses, cuando la concesionaria cotizaba a 13,4 euros, penalizada por la incertidumbre sobre el futuro de sus concesiones en España, que finalizan en los próximos años. Sobre la mesa, ya estaba entonces la posibilidad de que no se renovaran -algo que Íñigo de la Serna, ministro de Fomento, confirmó ayer a este periódico- y este factor de incertidumbre, unido a la rotación de accionistas, que había ampliado su capital libre en bolsa, convirtieron la empresa española en un objetivo para un posible comprador.

De hecho, cuando en abril de 2017 Atlantia reconoció que estudiaba una posible operación con Abertis, el momento estaba muy bien elegido, porque sobre el precio de la compañía española pesaba de forma negativa ese factor. Así, desde entonces, y hasta la oferta totalmente en efectivo a 18,36 euros que formula Hochtief en acuerdo con el grupo dirigido por Giovanni Castellucci, la exigencia por una oferta a un precio más alto ha estado siempre latente.

La propia Abertis se encargó de que los analistas comenzaran a incluir en sus estimaciones buena parte del valor que estaba escondido, cerrando operaciones. En menos de un mes, y antes de que Atlantia presentara su oferta, Abertis cerró adquisiciones por más de 600 millones de euros, que impulsaron las estimaciones de los analistas y, por tanto sus valoraciones. Por ello, cuando finalmente Atlantia presentó su oferta a 16,5 euros por título y condicionada a que, al menos un 10,1 por ciento del capital de Abertis la canjeara por acciones de nueva emisión e ilíquidas temporalmente de Atlantia, la opinión mayoritaria en mercado era que era necesario ofrecer un precio mayor.

El factor Criteria

Esta petición también llegó desde Criteria. Aunque Atlantia siempre había defendido que cualquier acercamiento a Abertis se realizara de manera amistosa hacia el holding de inversiones de La Caixa, la acogida fue bastante fría. El 15 de mayo, cuando el grupo italiano registró su oferta, Criteria lo único que señaló es que agotaría el plazo legal para valorarla, que era igual que adelantar, con mucho desapego, que no valoraría la oferta hasta que se pronunciara el consejo de Abertis.

Al grupo catalán no le habría gustado ni el precio ofertado, ni tampoco del peso específico que podía tener en el capital del nuevo grupo, teniendo en cuenta que hasta un 23 por ciento de Abertis podía pedir canje de acciones. Con el antecedente de que el Gobierno italiano vetó en 2016 la compra de Autostrade, germen de Atlantia, por Abertis, la oferta tampoco acabó de gustar en los pasillos de Moncloa.

La cara más visible de esta mala sintonía con Atlantia la ha mostrado en diversas ocasiones Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital. Después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aprobara el folleto de adquisición, a principios de octubre, el Gobierno se enfrentó con el regulador por haber dado el visto bueno a una oferta que no había autorizado. El grupo italiano sostenía que no necesitaba pedir las autorizaciones, pero Fomento y Energía sí que lo exigían. Finalmente, el 21 diciembre, Atlantia daba su brazo a torcer y pedía autorización a ambos ministerios. Ni ella ni Hochtief han obtenido todavía el visto bueno de Álvaro Nadal para la compra. Energía continúa sin tener claros los planes para Hispasat, que es estratégico para España. Iñigo de la Serna adelantó ayer a este periódico que, de nuevo, ambos ministerios tendrán que autorizar la operación.

Limar asperezas

El cambio de actitud de Atlantia en diciembre no fue el primer signo de acercamiento al Ejecutivo español y a Criteria. En junio de 2017, un mes después de registrar su oferta, dio más información sobre los planes que tenía para Abertis y se comprometió a que la compañía continuara cotizando en España -renunciaba a la venta forzosa-, manteniendo su propio consejo y con un plan estratégico propio. Pero pronto le salió competencia nacional. En julio de 2017 comenzaron los rumores sobre una posible oferta competidora a la del grupo italiano, liderara por alguna empresa española. Los rumores apuntaban a algún grupo de infraestructuras en consorcio con fondos. Así, a mediados de mes, Aena confirmaba a la CNMV que había estudiado la posibilidad de lanzar una oferta sobre Abertis, pero que la propuesta había sido bloqueada por Enaire; el 19 de julio, fue ACS la que comunicaba al regulador que lo valoraba, aunque alejaba la expectativa de que la oferta fuera a efectuarse de manera inminente.

Efectivamente, ésta no llegó hasta el 18 de octubre; cuando la CNMV había autorizado la oferta de Atlantia y Giovanni Castellucci, consejero delegado del grupo italiano, también había adelantado ante sus accionistas que su grupo contaba con "espaldas anchas" para hacer frente a una mejora de su oferta por Abertis si fuera necesario.

Un día después, el consejo de Abertis y Criteria apoyaban públicamente la oferta del grupo italiano. Valoraban positivamente el proyecto industrial, pero mandaban un mensaje claro de que demandaban un precio mayor. Todo el consejo, y también su principal accionista, aceptaban la oferta vía canje de acciones: curiosamente en aquel momento el precio de intercambio de unos títulos por otros equivalía a 18,76 euros, que era justo el precio en efectivo ofertado por ACS, que luego lo rebajó para ajustarse al pago de dividendos de Abertis y que ahora se ha convertido en 18,36 euros tras ese descuento, y también tras el pacto con Atlantia.

La incógnita de ACS

En contraste, el consejo de Abertis todavía no se ha podido pronunciar sobre la oferta de adquisición de Hochtief. Justo dos días después de que la CNMV aprobara el folleto el 12 de marzo, se anunciaba el acuerdo entre los dos competidores -que trataban de huir de una guerra de ofertas- , por lo que ahora el consejo de Abertis podría no tener que pronunciarse sobre la primera oferta de Hochtief; en la que los bancos financiadores cuentan con derecho de opinión en todas las posibles desinversiones que realizara el grupo, que se anticipan numerosas.

Ahora, los nuevos socios tendrán que reformular el folleto de la oferta, sobre el que sí se tendrá que pronunciar el consejo de la concesionaria, pero con el que ya no se espera un nuevo impulso en bolsa para Abertis. La estructura de la operación, en principio, cierra la puerta a que Criteria continúe en el capital de Abertis, ya que perdería su capacidad decisoria, pero hasta entonces no lo confirmará.

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