OHL iniciará una nueva etapa en abril, cuando presentará un nuevo plan de negocio adaptado a la nueva realidad que arroja la venta de OHL Concesiones a IFM por 2.235 millones de euros, cuyo cierre se espera para finales de marzo. Priorizará aún más la generación de caja para abordar nuevos contratos con el objetivo es volver a la senda de crecimiento que perdió hace dos años y dejar atrás un periodo en el que los proyectos fallidos (legacy) han penalizado duramente sus cuentas.
La compañía espera recuperar 208 millones de euros por estos contratos a partir de 2020. A este respecto, acaba de redoblar su disputa con Qatar al presentar un arbitraje ante la Cámara de Comercio Internacional por las obras de las estaciones del metro de Doha. La UTE en la que participa OHL reclama 341 millones de euros. Este conflicto se suma al que ya libra con el país por el Hospital de Sidra. Al cierre de 2017, OHL contabilizaba reclamaciones a sus clientes por 739,8 millones (693,1 millones en 2016).
OHL, que ayer cedió el 17,26 por ciento en bolsa tras perder 12,1 millones en 2017, se centrará en el negocio constructor y pondrá el foco fundamentalmente en Estados Unidos y Europa (España, República Checa, Irlanda, Suecia, Noruega y Dinamarca). El grupo que preside Juan Villar-Mir realizará una reducción de su estructura a nivel internacional para bajar estos costes, que ascienden a alrededor de 200 millones de euros. En esta línea, la empresa prevé centralizar sus operaciones en Latinoamérica en Chile, el país de la Alianza del Pacífico donde más actividad desarrolla. "Ocho home markets -como tenía hasta ahora- son muchos", señaló ayer un portavoz de la empresa.
La futura OHL será una constructora de menor tamaño, cuyo modelo de negocio ya no estará centrado en la inversión en activos. El grupo irá finalizando los proyectos que tiene en Chile, Perú, Colombia y México, cuya concesión se incluye dentro de la operación de venta a IFM. El retorno al negocio de concesiones será selectivo y siempre con posiciones minoritarias, de modo que la inversión sea inferior al margen de la obra. Mantendrá, asimismo, la actividad de Servicios y Desarrollos, en la que el Complejo Canalejas y el Old War Office son susceptibles de venta a futuro.
Dentro de su plan de desinversiones, el grupo ultima la venta de su filial checa ZPSV a Leonard Weiss, por casi 50 millones, y estudiará desprenderse de los activos que conserva en Mayakobá, valorados en 220 millones.
Con el traspaso de OHL Concesiones, el grupo ingresará 2.235 millones que destinará a amortizar el grueso de su deuda. El objetivo es dejarla "a cero" e incluso tener "caja positiva". En este sentido, ofrecerá recomprar las tres emisiones que tiene vivas por casi 900 millones con una prima del 1 por ciento. Se quedará así con un colchón de 1.200 millones. De este importe, la cuarta parte (entre 250 y 300 millones) podría destinarla a dar un dividendo extraordinario. Esta cantidad encaja dentro del pago "modesto y prudente" que apuntó ayer el director financiero de OHL, Enrique Weickert.