
El consumo de cemento en España repuntó en 2017 un 11%, hasta alcanzar los 12,3 millones de toneladas. Por el contrario, las exportaciones se contrajeron cerca del 10%, hasta situarse por debajo de los nueve millones de toneladas, según los datos presentados el lunes por la patronal Oficemen. El crecimiento conjunto de estas dos variables, por tanto, se limita a un aumento del 1,5%. La edificación está detrás de la mejora del último año, frente al estancamiento de la obra civil.
Las perspectivas siguen siendo positivas y el sector espera un crecimiento del consumo interno del 12% -hasta 13,7 millones de toneladas- en 2018, pero prevé, asimismo, que las exportaciones continúen detrayéndose como consecuencia de la falta de competitividad de la industria española por los elevados costes eléctricos. Una desventaja que están aprovechando Turquía y algunos países del norte de África y que persiste en los riesgos de que puedan producirse cierres de plantas en España o, incluso, deslocalizaciones. Al fin y al cabo, el grado medio de utilización de las 33 instalaciones que hay en el territorio español se sitúa, según explicó este lunes el presidente de Oficemen, Jesús Ortiz, en una horquilla de entre el 40 y el 50%.
A pesar del crecimiento del consumo interno en 2017 y de las positivas expectativas, las cifras aún están lejos de los 25 millones de toneladas que de media se han registrado en los últimos 40 años. La patronal llamó al Gobierno a la recuperación del sector de la construcción, toda vez que un consumo de cemento en estos nivele permitiría crear 500.000 empleos.
10.000 millones de euros
Oficemen estimó este lunes que para alcanzar los niveles medios de los últimos 40 años de consumo de cemento, fijado en 25 millones de toneladas, es necesario duplicar el porcentaje de inversión sobre el PIB, que se sitúa en el entorno del 1%. Así, la patronal insta al Gobierno a aumentar la inversión pública en este segmento en 10.000 millones anuales.