
La dificultad para otorgar ayudas con cargo a los fondos europeos retrasa el lanzamiento del concurso y la energía solar se queda fuera porque los proyectos no cuentan con Declaración de Impacto Ambiental.
La próxima subasta de energías renovables para las Islas Canarias, originalmente prevista a finales del año pasado, se está retrasando porque el Gobierno central tiene problemas para respaldarla con fondos europeos. Ahora se plantea marzo o abril y además, sólo habrá un concurso para la eólica, por la inmadurez de los proyectos fotovolaicos.
A diferencia de las subastas celebradas en la Península, en el próximo concurso canario las empresas pujarán a la baja para obtener ayudas directas a la inversión, no primas a la producción eléctrica o garantías de precio para dicha producción.
Estas subvenciones provendrán de los Presupuestos Generales del Estado -en los de 2017 había una partida de 60 millones procedente del superávit eléctrico que se pensaba destinar al concurso- y de los europeos Fondos de Desarrollo Regional (Feder).
Problemas con el Feder
Inicialmente se pensaban destinar 124 millones de los Feder que gestiona directamente el Gobierno central -no de los Feder que gestionan las comunidades autónomas-, pero el Ministerio de Energía está encontrando problemas para asignar esta partida, que depende del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (Idae).
El Idae tiene de plazo hasta 2020 para entregar las subvenciones, y aún puede esperar hasta 2022 para justificar su empleo a la UE, de modo que, aunque se retrase la subasta, en principio su celebración está asegurada.
Por otro lado, se asume que las ayudas que finalmente se otorguen a los ganadores del concurso serán suficientes para alcanzar una potencia de unos 300 MW eólicos, aunque el volumen final dependerá del resultado de la puja.
Originalmente se pensaba celebrar una segunda subasta para la fotovoltaica, pero uno de los requisitos para participar será tener aprobada la Declaración de Impacto Ambiental -no se ha exigido en la Península- y apenas hay proyectos solares con ella, por lo que esa segunda puja se retrasa sine die.