Empresas y finanzas

Rusia y la dependencia energética europea

Miguel Angel Mondelo

Madrid, 21 oct (EFECOM).- Los países europeos han constatado en los últimos meses que su dependencia energética no para de crecer y que las opciones para diversificar el suministro son limitadas, con lo que todas las miradas se dirigen hacia Rusia, que posee importantes reservas de petróleo y gas.

Rusia aparece como solución, sobre todo para los países no mediterráneos, pero también como problema, tal como demostró el conflicto de principios de año con Ucrania. Moscú cortó el grifo del gas y puso a tiritar a media Europa.

La Unión Europea (UE) ha comprendido que la energía es un elemento estratégico y que, en esta partida, el Viejo Continente juega con desventaja.

De ahí que el presidente ruso, Vladimir Putin, haya sido invitado a la cumbre informal que la UE celebra este fin de semana en Finlandia.

La dependencia energética de la Europa comunitaria, el porcentaje de energía que debe comprar en el exterior, aumentó el año pasado hasta el 56,2 por ciento, 2,3 puntos porcentuales más que en el ejercicio anterior.

Entre 1995 y 2004, la dependencia europea pasó del 44 por ciento al 53,9 por ciento, impulsada por el incremento del consumo energético (11 por ciento) y de las importaciones (29 por ciento).

En la lista de países dependientes, España ocupa una posición destacada (85,1 por ciento), cerca de Italia (86,8 por ciento) y muy por encima de Francia (54,5 por ciento) y Alemania (65,1 por ciento).

El principal suministrador de la UE es Rusia, de donde procede el 32 por ciento del petróleo, el 40 por ciento del gas natural y el 17 por ciento del carbón que consumen los europeos.

La situación es especialmente preocupante en el mercado gasista, ya que buena parte de los países comunitarios lo reciben por gasoductos desde los yacimientos rusos.

Cuando a principios de año el Gobierno ruso decidió cortar el suministro a Ucrania, las consecuencias se sintieron en Francia.

En este caso, la posición de España es algo más desahogada, ya que recibe gas natural desde Argelia a través del gasoducto del Magreb, pero también desde otros países mediante buques metaneros.

España dispone de cinco plantas de regasificación que procesan el gas natural licuado que se transporte por barco (Barcelona, Huelva, Cartagena, Bilbao y Sagunto), construye otra en Ferrol y ha proyectado una más en Gijón.

Además, un grupo de empresas encabezado por la petrolera española Cepsa y la argelina Sonatrach proyecta un gasoducto submarino entre Argelia y España.

El objetivo final es que ese gasoducto conecte con Europa a través de Francia para diversificar el suministro y no depender exclusivamente de Rusia.

La dependencia de un cada vez más reducido grupo de países es otro de los problemas para la UE, ya que reduce drásticamente su capacidad de maniobra, sobre todo teniendo en cuenta la inestabilidad política de algunos de ellos.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera que el suministro de petróleo dependerá cada vez más de Arabia Saudí, Irán e Irak, y la de gas natural de Rusia e Irán.

En este contexto, llevarse bien con Moscú resulta casi obligatorio, aunque Bruselas intenta que el Gobierno ruso respete unas normas mínimas de comportamiento.

La dificultad radica, una vez más, en que la UE está lejos de hablar con una sola voz en materia energética y que algunos socios comunitarios, Alemania por ejemplo, parecen haber optado por pactar por su cuenta con Moscú.

A falta de lograr una relación "estable y constructiva" con la Rusia de Putin, tal como ha pedido el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, Bruselas ha decidido apostar en firme por el ahorro de energía.

Parafraseando a un destacado representante del sector energético español: "La energía más barata es la que no se consume".

La CE presentó el pasado jueves un plan de eficiencia, que incluye un centenar de medidas, para reducir la factura energética en 100.000 millones de euros anuales.

Como dijo el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, la eficiencia energética será un "asunto crucial" en los próximos años. EFECOM

mam/chg

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