Jaime Caruana, hasta el pasado noviembre director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), entrará en los próximos meses en el consejo de administración de BBVA, tan pronto como la junta ratifique el nombramiento del banco y expire el plazo de incompatibilidades del BIS.
Que un exgobernador del Banco de España aterrice en el consejo de un banco es algo que está muy lejos de pasar desapercibido. Sonado fue en su día el fichaje de Luis Ángel Rojo por el Santander y el de Jaime Caruana por BBVA causa aún más expectación. No se trata de que se cuestione que el ex máximo responsable del supervisor de la banca se incorpore a una de sus antiguas supervisadas, sino de que la propuesta que el banco azul someterá a sus accionistas el próximo 16 de marzo llega cuando su presidente, Francisco González, encara el año de su relevo.
Destacan en el sector la buena sintonía entre Caruana y González, algo de lo que no pudieron presumir en su momento ex altos cargos del banco, como el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri y exconsejero delegado de BBVA, caído en desgracia a raíz del intento de desembarco de Sacyr en 2004 (en el que precisamente Caruana, desde el Banco de España, fue clave para frenar las intenciones del presidente de la constructora Luis del Rivero).
Tampoco otro ex número dos del banco, Ángel Cano, cuyo relevo le pilló por sorpresa, según aseguran las malas lenguas, tras haber osado tantear sus posibilidades de llegar a la presidencia, fue capaz de ganarse las simpatías de González.
Una excelente relación
El currículum de Caruana y su excelente relación con el presidente más veterano del sector, que no ha olvidado lo cerca que estuvo de perder el banco a manos de Sacyr, han avivado los rumores, que ya circularon hace bastantes meses, de que González tiene al exgobernador como un serio candidato en su quiniela sucesoria.
Los comentarios sobre la supuesta entrada de Caruana en el banco a la espera de sustituir a González fueron tan fuertes a principios del año pasado que el exgobernador, cuando aún ocupaba su cargo en el BIS, lo desmintió tajantemente con un "no, en absoluto".
¿Se podría considerar suceder a González si éste le reserva una presidencia no ejecutiva en BBVA? Por ahora, lo único cierto es que estará en el consejo del banco, como vocal independiente, como reputado experto en regulación, pero también sembrando la duda sobre si González cumplirá a rajatabla lo anunciado en la última presentación de resultados: la sucesión, en la que según dice se ha implicado personalmente, no llevará ninguna sorpresa, será predecible y asumida por gente del banco.
Sin cambios de guión, este plan solo deja dos posibilidades: el actual consejero delegado, Carlos Torres, o el tercer vocal ejecutivo del consejo, José Manuel González-Páramo, otro gran experto en regulación, tras su paso, entre otros destinos, por el consejo y el comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE). Tal vez la solución implique a ambos. Desde el sector, y teniendo en cuenta las cada vez mayores exigencias del BCE en gobierno corporativo, dan más posibilidades a una presidencia no ejecutiva para González-Páramo y que Torres se alce como máximo responsable desde su cargo ejecutivo de consejero delegado.
Pero tampoco nadie descarta completamente a Caruana, solo nueve años más joven que González. La culpa de este escepticismo la tiene el propio banquero, que cambió los estatutos de BBVA en dos ocasiones para esquivar tener que retirarse, al ampliar de 65 a 75 años la edad de jubilación presidencial.
Sin nuevas modificaciones previstas, González dejará su cargo, aunque tal vez no el banco, en octubre, cuando cumple 75 años. Por entonces, Caruana llevará unos cuatro meses en el consejo.
Una larga trayectoria
Ingeniero de telecomunicaciones de formación, Caruana fue elegido director general del Tesoro en mayo de 1999, durante el primer Gobierno de José María Aznar y cuando Rodrigo Rato era el todopoderoso vicepresidente y ministro de Economía. Después pasó a la dirección general de Supervisión del Banco de España y en julio de 2000 fue elegido gobernador. Allí estuvo durante seis años, un periodo recordado por la implantación de las provisiones anticíclicas a la banca, aunque luego se revelaron insuficientes para contener los efectos de la burbuja inmobiliaria.
Durante su mandato, y por lo que se refiere a BBVA, no solo se produjo el intento de asalto de Sacyr, del que González echa la culpa a su exdirector de servicios de estudios y por entonces director de la oficina económica de Moncloa, Miguel Sebastián. También se produjo la salida de Emilio Ybarra y de buena parte del consejo de administración del banco, tras el escándalo de las cuentas secretas en Jersey, dejando a González en solitario en la presidencia del grupo.
Tras su paso por el Banco de España, en 2006 Rodrigo Rato reclama a Caruana para el FMI y le nombra jefe del departamento de Mercados Monetarios y de Capitales. Allí permanece hasta que en 2009 pasa a dirigir el BIS, donde agota dos mandatos y del que se tiene que ir... al alcanzar la edad de jubilación.