
La venta de la participación de Sacyr en Repsol se complica tras la entrada en vía muerta de la operación de Lukoil por la bronca política. Por este motivo, el Ministerio de Industria no ha tirado todavía la toalla y busca diversas alternativas para lograr que Repsol siga siendo una empresa "española e independiente".
Sin embargo, la última idea que se le ha ocurrido a su departamento es que sea el Instituto de Crédito Oficial (ICO) el que asuma la deuda de Sacyr Vallehermoso para evitar que su presidente, Luis del Rivero, tenga que vender su participación en la petrolera a una empresa extranjera.
Esta opción de intervención pública secundaría la petición realizada ayer por el secretario general de UGT, Cándido Méndez, que abogó por que sea el Estado español, y no la petrolera rusa, quien asuma los créditos a los que el socio mayoritario de Repsol tiene que hacer frente.
Sin embargo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, descartó "absolutamente" que se vaya a realizar cualquier intervención pública o una toma de participación en Repsol o en Sacyr por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) para evitar la entrada de la segunda petrolera en reservas del mundo en la compañía española.
Zapatero insistió ayer en pedir "sensatez y responsabilidad" para no intervenir en las empresas que no sean públicas, ya que Repsol y sus accionistas de referencia son empresas privadas y, si tienen problemas o hay cambios en el accionariado, la respuesta tiene que ser exclusivamente empresarial.
El grupo parlamentario socialista presentó ayer una enmienda a la moción presentada por el PP sobre monopolios energéticos. En la misma, el PSOE pedía que el Parlamento inste al Gobierno a evaluar, en cada caso concreto, la incidencia que sobre el interés general pueda tener una toma de participación significativa por parte de empresas extranjeras en empresas energéticas que operan en el mercado español.
El Partido Popular no aceptó la enmienda transaccional de los socialistas, lo que provocó que el Pleno del Congreso acabara rechazando la moción por 160 votos en contra, frente a los 144 a favor y las 23 abstenciones.
Además, destacados diputados socialistas como Manuel De la Rocha y Rafael Simancas defendieron en el Congreso la opción de que el Gobierno adquiera el paquete de acciones de la constructora Sacyr en Repsol, antes que permitir que se venda a la rusa Lukoil, habida cuenta de que se trata de un sector estratégico.
Por su parte, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, rechazó ayer cualquier tipo de intervención porque "las relaciones entre las empresas se tienen que resolver entre las empresas".
El jefe del Ejecutivo, en presencia del presidente panameño, Martín Torrijos, rechazó cualquier posibilidad de intervención de Moncloa. Pero, apenas dos horas antes, en unas jornadas organizadas por The Economist, garantizó que no hay ninguna señal de alarma sobre el suministro energético y vendió doctrina: "En la economía hay que intervenir lo justo.
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