
Las residencias de estudiantes han pasado de ser consideradas inversiones muy minoritarias a convertirse en el producto de moda en el mercado inmobiliario. La escasez de inmuebles en otros sectores y la elevada rentabilidad que ofrecen estos activos frente a las oficinas o centros comerciales, les está convirtiendo en el objetivo de gran parte de los inversores.
Esto se ha visto reflejado en la cifra de inversión de este año, que se ha disparado hasta superar los 560 millones de euros, según los datos de la consultora JLL. Se trata de un volumen muy relevante en comparación con el pasado ejercicio en el que no se ejecutó ninguna transacción de compraventa de residencias, ya que la actividad se centró en la adquisición de suelos, con operaciones por volumen de unos 50 millones de euros.
La cifra desembolsada este año será además difícil de repetir el próximo ejercicio, a pesar de que el interés por parte de los inversores va en aumento, explica Nick Wride, director de Activos Alternativos de JLL, que apunta a que los grandes portfolios ya se han vendido en 2017. Así, del monto total, la mayor parte la acaparan dos importantes carteras que se transaccionaron en proyectos, bautizados como Erasmus y Rio.
La primera de ellas, es la venta del Grupo Resa, el operador más grande de residencias de estudiantes en España, con 9.309 plazas en 19 ciudades. Azora, Artá Capital, March Campus (vehículo inversor de clientes de Banca March) y Mutua Madrileña llegaron a un acuerdo para traspasar la compañía a un grupo de inversores institucionales formado por Axa IM - Real Assets y CBRE Global Investment Partners (en representación de sus clientes-), que han adquirido la mayoría de la cartera, mientras que Greystar, se ha hecho con el negocio operativo y actuará como gestora de los activos.
El perfil institucional del comprador en esta operación es una muestra, según Wride, de que "este mercado empieza a entenderse un poco más y no se ve con riesgo, sino todo lo contrario". Así, el directivo asegura que estos activos, que ofrecen rentabilidades muy interesantes, han demostrado que se comportan mejor que otros inmuebles en las épocas de crisis y mantienen unos precios más estables".
La otra gran operación del año ha sido la venta de RioO, la cartera de residencias que poseía el fondo Oaktree en España y que suma 2.234 camas, ubicadas en Madrid y Barcelona. Estas residencias se engloban bajo la plataforma española de servicios integrales Nexo Residencias y ahora están en manos de la firma especializada GSA (Global Student Accommodation). El nuevo propietario anunció, además, que tiene previsto invertir 500 millones en España durante los próximos cinco años.
"En 2018 no vamos a ver venta de grandes carteras, pero el sector seguirá muy activo, especialmente en la compra de suelo para el desarrollo de nuevas residencias y también en rehabilitaciones y cambios de uso, con la intención de crecer en numero de camas", asegura Wride.
El inversor mira nuevas plazas
El directivo detecta además otra tendencia para los próximos ejercicios y es que aunque el interés por Madrid y Barcelona se mantiene, son plazas mas complicadas por varios motivos, lo que generará que haya "un enfoque importante en las principales ciudades universitarias fuera de estas dos localidades, sobre todo en Valencia, Granada, Salamanca o Bilbao".
Concretamente, Wride señala que Madrid empieza a ser una plaza bastante cara, aunque todavía quedan algunas oportunidades en este mercado. Por su parte, Barcelona, sigue despertando interés a pesar de la situación política, ya que el sector de los estudiantes no se ve tan dañado, como por ejemplo, el de oficinas. Sin embargo sí se esta viendo afectada notablemente por el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos que aprobó la alcaldesa Ada Colau, y que limita bastante las potenciales promociones.