
La venta de Roq, el líder en serigrafía en el mercado ibérico, sigue adelante. Tal y como ha podido saber elEconomista, el proceso se encuentra en una fase avanzada y dos fondos de capital privado se perfilan como principales candidatos: Magnum y Artá Capital, el fondo de Ángel Corcóstegui y el de la familia March, respectivamente. Fuentes financieras valoran la operación en torno a los 200 millones de euros.
No obstante, según estas mismas fuentes, el proceso está siendo algo complicado por las exigencias de los dueños -el fondo luso Explorer- respecto a la valoración de la compañía. Esta transacción se remonta varios meses atrás, cuando el fondo entabló conversaciones iniciales con Alantra (antigua N+1), que fue el primer interesado oficialmente en el proceso. Sin embargo, esta negociación no llegó a buen puerto, pero la cantidad exigida -180 millones de euros- sirvió como precio de salida para las ofertas posteriores, que han tenido varias idas y venidas.
En este sentido, el apetito inversor por esta compañía ha sido muy alto, despertando el interés de fondos como EQT, Pamplona, Sun Capital, Charterhouse y Peninsula. Sin embargo, los más avanzados actualmente son Magnum y Artá -este último cerró hace un año con Explorer la compra de Gascan, una de las principales distribuidoras de gas independientes en Portugal-.
Magnum, por su parte, tiene amplia experiencia en el mercado luso, donde ha protagonizado numerosas operaciones en los últimos años. El fondo controlado por Ángel Corcóstegui, Enrique de Leyva y João Talone -que abandonó el cargo de consejero delegado de EDP para la creación de Magnum- participa en el capital de la portuguesa Vendap (alquiler de maquinaria) y también fue dueño de Iberwind (renovables) o Generis (farmacéutica).
Gran expansión internacional
Fundada hace más de tres décadas en Portugal, el antiguo grupo São Roque fue adquirido por Explorer en 2013. Roq es muy reconocida en la industria lusa por sus máquinas automáticas para el estampado de artículos textiles, así como por su amplia presencia internacional -está en más de 70 países-. Estos son los motivos del apetito de los fondos, por los que estarían dispuestos a pagar un múltiplo de 10 veces el ebitda.