
La socimi Autonomy Spain Real Estate, que preside el exdirector de Lehman Brothers, Robert Gibbins, acaba de cerrar la venta de la joya inmobiliaria de su cartera. Se trata de Gran Vía 4, un edificio de oficinas madrileño que se levantó en 1919 para acoger la sede del Banco Urquijo y que acaba de venderse por 43 millones de euros a la familia Riberas.
Los propietarios de Gestamp y Gonvarri han llevado a cabo la operación a través de la sociedad Acek Desarrollo y Gestión Industrial
La operación se ha cerrado con una prima para la socimi -que se queda con cinco inmuebles por valor 111 millones-, del 40,1 por ciento respecto a la valoración del inmueble al cierre de septiembre.
Aunque el edificio fue uno de los primeros en levantarse, con el nacimiento de la Gran Vía, cuenta actualmente con un diseño vanguardista y adaptado a las nuevas demandas empresariales, ya que su anterior propietario, Caixanova, llevó a cabo una rehabilitación integral entre los años 2010 y 2011.
El objetivo de la entidad era ocupar el inmueble tras su renovación, pero la crisis financiera cambió las intenciones del banco, que puso a la venta el edificio sin llegar a ocuparlo. Desde entonces Gran Vía 4 ha permanecido vacío, convirtiéndose en un auténtico caramelo para los inversores con apetito por activos prime en buenas ubicaciones. De hecho, la intención de la socimi era comercializar el inmueble, pero finalmente se ha decantado por la venta tras las numerosas muestras de interés que ha recibido en los últimos meses.
El edificio, que cuenta con una superficie total de 4.927 metros cuadrados repartidos en siete plantas y un sótano, permite el uso compartido de oficinas y espacio comercial. Actualmente, el inmueble cuenta con un auditorio y con múltiples terrazas con vistas privilegiadas del vecino Edificio Metrópolis.
El nuevo propietario puede destinar el inmueble a un uso mixto de oficinas con local comercial a pie de calle y restauración en la azotea. Si bien, también podría solicitar un cambio de uso al Ayuntamiento y diseñar un Plan Especial para convertir el edificio en una tienda insignia, ante la acusada demanda de este tipo de establecimientos por parte de marcas que todavía no tienen presencia en España y que, además, pagan rentas más elevadas que los usuarios de oficinas.
Según explica Raúl Vicente, director de Agencia de Knight Frank, que ha trabajado en la comercialización del inmueble, "los inquilinos están dispuestos a pagar un sobreprecio por edificios modernos y de calidad como éste, que en su comercialización superaba con creces los 18 euros por metro cuadrado al mes que se paga de media en esta zona".