
El negocio de las azulejeras vuelve a relucir en España. El grupo Halcón Cerámicas, una de las mayores empresas del sector, se suma a la oleada de operaciones y ha contratado a la firma de servicios profesionales Grant Thornton para que coordine su venta. Esta transacción, según fuentes de mercado, puede rondar los 80 millones de euros.
Esta operación, tal y como adelantó elEconomista este verano, llevaba meses gestándose gracias a la recuperación económica y al rápido crecimiento de la firma. El sector de las cerámicas fue uno de los más perjudicados por la crisis económica por su dependencia de la construcción, pero la recuperación ha vuelto a poner el foco en estas compañías, ya que muchas de ellas han conseguido salir reforzadas de la crisis.
Este es el caso de Halcón Cerámicas, que pasó de firmar una refinanciación de deuda por valor de 25 millones de euros en julio de 2009 y ajustar su plantilla con dos expedientes de regulación de empleo (ERE) a que sus ventas superaran los 110 millones de euros, según las fuentes consultadas. Según los últimos datos disponibles en el Registro Mercantil -correspondientes al ejercicio de 2015-, el beneficio neto de la firma supera los 5 millones de euros, lo que se traduce en un alza del 20% respecto al año anterior.
Nueva 'hoja de ruta'
El despegue económico de Halcón Cerámicas ha sido posible gracias a una estrategia basada en la ampliación de la capacidad productiva, al aumento de la inversión en modernización de las plantas y al firme control de los costes. En total, la firma cuenta con cuatro plantas en España tras la apertura este año de la fábrica de l'Alcora (Castellón). Durante los últimos tres años, Halcón Cerámicas ha pasado de disponer de tres hornos a un total de 14, lo que supone casi multiplicar por cinco el número de líneas de fabricación de azulejos. Además, ha comprado otras firmas del sector como Garogres y Ceraworld.
Es más, según las fuentes consultadas, la entrada de un nuevo inversor en el accionariado de la compañía le permitiríaadquirir más plantas productivas, ampliar las actuales e impulsar su estrategia de expansión internacional.
Fundada hace cinco décadas, la compañía castellonense cuenta en la actualidad con una plantilla superior a los 320 millones de euros y exporta más de la mitad de su producción a casi todos los países del mundo.
Con todo, cabe recordar que el sector cerámico español cerró el pasado ejercicio con un volumen de facturación de 3.316 millones de euros, un 7% más que en 2015, encadenando su sexto año con crecimientos sólidos, como consecuencia de los cambios en los modelos de organización, producción y distribución que el sector ha abordado en los últimos ejercicios tras la crisis económica.