El gasto en electricidad de las grandes empresas puede crecer artificialmente este año, como resultado de un cambio en la facturación de su potencia contratada, que desde julio ha dejado de ser mensual para ser diaria. Como el segundo semestre tiene tres días más que el primero, puede haber un encarecimiento artificial del recibo anual si la compañía eléctrica no realiza los ajustes correspondientes. Algunas sólo lo están haciendo tras la reclamación del cliente.
A los hogares y Pymes se les factura la luz diariamente desde 2009. Pero la facturación de otros consumidores, con tensiones superiores -a partir de la tarifa 3.0- ha seguido siendo mensual hasta el mes de julio, en que la reforma le llegó un último millón de consumidores, sobre un total de 27,7 millones.
Una resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de finales del año pasado habilitó el cambio, al fijar los formatos con los que las distribuidoras y las comercializadoras se intercambian información -incluida la facturación de la potencia contratada-, dando de plazo hasta el 31 de julio para que se adaptasen los sistemas.
Segundo semestre más caro
Algunas compañías aplicaron los nuevos formatos el 1 de enero, pero otras no; lo han ido haciendo progresivamente, o han esperado al límite, lo que exige hacer ajustes para evitar un encarecimiento artificial del recibo. En el peor caso, si el cambio se ha producido el 1 de julio, las electricas facturarían este año tres días más que con el sistema anterior, porque en el primer semestre hay 181 jornadas, mientras que en el segundo hay 184.
Además, resulta que la normativa vigente, el Real Decreto 1164/2001 es un tanto ambigüa sobre el modo en que debe facturarse la potencia de las tarifas 3.0 y 3.1A, pero es clara en el caso de los suministros a más alta tensión, con las tarifas 6.1A, 6.1B, 6.2, 6.3 y 6.4, a las que están acogidas unas 22.600 industrias: la potencia contratada debe facturarse como la doceava parte del importe total del año, con lo que al facturarse diariamente se podría cometer una irregularidad.
Así lo sostiene Ramón López, gerente del Grupo ASE, una firma deservicios energéticos con más de 400 clientes, la gran mayoría industriales. Ha evaluado en 652.000 euros el perjuicio para sus clientes a raíz de que Iberdrola y Gas Natural Fenosa (GNF) les haya efectuado el cambio el 1 de julio. "Si se extrapolara al resto de consumidores acogidos a la más alta tensión, que pagan 1.889 millones este año, el sobrecoste sería de 19,7 millones", dice López, que ha recomendado a sus clientes que no paguen a las eléctricas y que denuncien el caso ante las autoridades autonómicas, competentes en la materia.
Iberdrola, que está regularizando la situación a los afectados, recuerda que la facturación de la potencia es un ingreso del sistema eléctrico que las empresas se limitan a recaudar. GNF asegura que está realizando los ajustes entre las distribuidoras -del Grupo o externas- y sus comercializadoras para no afectar a los clientes.
De las otras cinco grandes eléctricas, Endesa y Viesgo comenzaron a facturar diariamente el 1 de enero, de modo que no existe el sobrecoste, mientras que EDP mantiene la facturación mensual.