Inmobiliaria Chamartin está a punto de crear el primer gigante inmobiliario ibérico. Y es que la empresa de Carlos Cutillas ha pactado la compra de la niña bonita del acaudalado empresario luso Americo Amorín, que es la segunda inmobiliaria de Portugal.
La operación, que está en fase de preacuerdo y que será ratificada en diciembre, permitirá gestionar a Chamartín activos por valor de 2.500 millones.
Todavía no ha pasado ni un mes desde que Martinsa anunció su intención de comprar Fadesa y el sector inmobiliario vuelve a sorprendernos. Esta vez el protagonista de la caza y captura que vive el mundo del ladrillo es Inmobiliaria Chamartín. La empresa de Carlos Cutillas ha adquirido todo el capital de la compañía portuguesa Amorim Inmobiliaria, por un importe superior a 500 millones de euros. Una operación que dará luz a un nuevo gigante en el sector de la Península Ibérica y el primero que será ibérico, informaron a elEconomista fuentes cercanas a la operación.
Por el momento, el presidente de Inmobiliaria Chamartín y el empresario más rico e influyente de Portugal, Americo Amorim, han firmado un primer acuerdo de compraventa y en diciembre ambos ejecutivos rubricarán el definitivo. Un gesto que demuestra las buenas relaciones de ambos empresarios.
Compañeras desde este año
Y es que Inmobiliaria Chamartín no era una desconocida para Amorim Inmobiliaria, ni viceversa. Ambas compañías mantenían una alianza desde principios de años para el desarrollo de un centro comercial en La Coruña. En ese periodo de trabajo común, Inmobiliaria Chamartín conoció con detalle los encantos de la niña bonita de Americo Amorim, que era su división inmobiliaria. La empresa lusa ya tenía ganada su fama en el mercado español, pues contaba con dos centros comerciales, uno en Alcobendas (Madrid) y otro en Ferrol (Coruña).
Pero ¿cuál es el objetivo de esta compra? Crecer y crecer. Esa es la meta que se ha marcado Carlos Cutillas con su inmobiliaria. Esta compra se enmarca en la estrategia de la empresa dirigida a engordar, diversificar e internacionalizar su actividad, aunque principalmente esta transacción dará un mayor peso al área patrimonial (alquiler de centros comerciales y oficinas).
Por parte de Americo Amorim la venta de su división inmobiliaria llenará un poco más sus bolsillos. Nunca viene mal hacer caja.
El resultado de esta nueva operación corporativa es el nacimiento de un grupo con una presencia fuerte en España y Portugal, y en menor medida en Alemania, Polonia y Estados Unidos.
La cartera de Inmobiliaria Chamartín engordará, de manera que pasará a gestionar activos por valor de 2.500 millones de euros. El negocio patrimonial será un peso pesado, ya que representará el 60 por ciento de la cartera, mientras que el área residencial representará el 40 por ciento.
En resumen, un patrimonio con una larga lista de proyectos en los tres sectores: oficinas, centros comerciales y viviendas. Según datos de ambas compañías, la sociedad resultante contaría con once centros de ocio, cerca de 25 proyectos en oficinas y 37 en promociones. la mayoría de estos activos se encuentran en la Península Ibérica.
Una de las joyas de las que podrá presumir a partir de ahora Inmobiliaria Chamartín es de algunos centros comerciales que tiene Amorim bajo la marca Dolce Vita, ubicados en plenos desarrollos urbanísticos y con un diseño a la última.
El equipo directivo se queda
Por otro lado, el acuerdo alcanzado entre Americo Amorim y Carlos Cutillas no pierde detalle. El empresario portugués permanecerá como presidente no ejecutivo de Inmobiliaria Amorim por un semestre, inicialmente. Lo mismo ocurrirá con el puesto del consejero delegado, que actualmente ocupa Rui Alegre. El objetivo de esta medida es facilitar el cambio de control.
No obstante, el equipo directivo de la compañía respirará tranquilamente, porque conservará sus puestos y seguirá gestionando la inmobiliaria. Es decir, en el barco continuarán los mismos marineros, pero con un patrón diferente.
Pacto amistoso, continuidad en la estrategia y mantenimiento del equipo apuntan a una operación que parece más bien haber sido un paseo por las nubes. Ahora el presidente de Inmobiliaria Chamartín tendrá que cerrar algunos flecos. Uno de ellos es la financiación de la operación, que contará con el asesoramiento de Morgan Stanley.