
Globalvia ha destinado cerca de 1.000 millones de euros en el último año para la adquisición de nuevas concesiones de autopistas y al aumento de sus participaciones en otras. Lo ha hecho tras dos años en los que apenas acometió inversiones orgánicas y aprovechando el respaldo que le proporcionan los tres fondos de pensiones que se convirtieron hace apenas un año y medio en sus propietarios (el británico USS, el canadiense OPTrust y el holandés PGGM), tras adquirir la empresa a Bankia y FCC.
El grupo español, además, mantiene una holgada capacidad para seguir acometiendo inversiones. No en vano, Globalvia ha sido una de las firmas que más fuerte ha apostado por adquirir Itínere -la operación se halla en suspenso por las disputas internas de sus accionistas- y figura junto con Renfe en un consorcio para gestionar el tren de alta velocidad de California. Incluso, a su puerta han llamado grandes fondos internacionales para tratar de plantear una alternativa españolizada a la de la italiana Atlantia en la lucha por Abertis.
En el mercado esperan nuevas operaciones de Globalvia en los próximos meses, apoyada en el músculo financiero que le aportan sus nuevos propietarios, que ya inyectaron 750 millones en 2011 (PGGM y OPTrust) a través de un bono convertible, y en las garantías que ofrece para los clientes su trayectoria en la gestión de infraestructuras. En su punto de mira están países OCDE.
Hace dos semanas, Globalvia culminó la compra a Acciona de la Ruta 160, en Chile, por 185 millones. A esta cantidad se suma una deuda de 150 millones. Con ello, el grupo que preside Juan Béjar ya gestiona tres autopistas en el país andino (la del Itata y la del Aconcagua).
Asimismo, en la primera mitad del año, ha incrementado sus participaciones en las dos autopistas lusas que opera. En concreto, ha elevado en sucesivas operaciones su posición en la concesionaria Scutvias, propietaria de la Beira Interior, ubicada en el centro de Portugal. De este modo, ha pasado de controlar el 22,22% al 77,77% actual. De igual modo, adquirió en febrero el 46% de Auto-Estradas XXI Subconcessionária Transmontana, que opera la autopista ubicada al este de la ciudad de Oporto, entre Vila Real y Bragança. Así, ostenta ya el 96% de la sociedad. El importe no ha trascendido, pero fuentes sectoriales aseguran que se aproximaría a los 200 millones.
En el otoño de 2015, Globalvia certificó su desembarco en Estados Unidos con la adquisición del 100 por cien de las acciones de la autopista Pocahontas Parkway, en el Estado de Virginia, por más de 600 millones de dólares (510 millones de euros). La empresa que dirige Javier Pérez Fortea, consejero delegado, mantiene una decidida apuesta por el mercado norteamericano, donde pretende seguir creciendo en el futuro con nuevas concesiones tanto de autopistas como de ferrocarril.
Las inversiones acometidas en el último año se producen después de dos años sin cerrar ninguna operación. La última compra antes de la entrada definitiva en marzo de 2016 de los fondos en el capital de Globalvia se remonta a l 1 de julio de 2014, cuando adquirió las participaciones minoritarias de Acciona en los tranvías metropolitanos de Barcelona.
En paralelo a las adquisiciones, Globalvia ha desinvertido en el Hospital del Sureste y el Puerto de Torredembarra.