
El gol de Andrés Iniesta en la final del Mundial de Sudáfrica ante Holanda dio su primera estrella a la Selección Española de Fútbol y abrió la puerta a un jugoso negocio que Ángel María Villar supo aprovechar para incrementar los ingresos de la Federación y para, presuntamente, enriquecer a su hijo Gorka Villar. Desde julio de 2010, el caché de La Roja se disparó y los países estaban dispuestos a pagar entre 1 millón y 2 millones de euros por jugar un amistoso contra el equipo entrenado por Vicente del Bosque, frente a los apenas 200.000 euros que Rumanía desembolsó en enero de 2016 o los 650.000 euros que pagó Azerbaiyán a mediados de 2009, justo después de que la selección absoluta ganara su primer europeo y antes de su gran triunfo en África.
Así, según consta en la investigación llevada a cabo por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), la Federación Española de Fútbol (RFEF) cobró hasta 9 millones de euros a cambio de que La Roja jugara siete partidos amistosos contra distintos países de América. Por ejemplo, Argentina pagó, en tres transferencias, un total de 750.000 euros por un encuentro en septiembre de 2010. Ese mismo año, México abonó 965.920 euros por enfrentarse en la capital azteca a la selección española. Estados Unidos llegó a pagar 1,67 millones de euros por un partido en junio de 2011 y Panamá llegó hasta los 2,03 millones de euros por un encuentro en noviembre de 2012, justo después de que La Roja ganara su segunda Eurocopa ante Italia. Si se suman los partidos ante Rumanía y Azerbaiyán, la RFEF llegó a ingresar 9,7 millones de euros por nueve amistosos.
Precio especial para Corea
A pesar de que, según consta en el auto de juez Santiago Pedraz, tanto Argentina como México contrataron los servicios del hijo de Ángel María Villar como presunto mediador para conseguir los partidos (la selección azteca pagó 36.644 euros a la empresa de Gorka, Sport Advisers, y el presidente de la albiceleste, hasta 220.000 euros), lo cierto es que la lupa de los investigadores está puesta sobre la especial relación entre Gorka Villar y la selección coreana de fútbol. Según se desprende de los escritos que la UCO presentó a la fiscalía y al juez, la mediación del hijo de Villar causó "un daño patrimonial" a las cuentas de la Federación. Y es que, frente a los 2 millones que llegó a ingresar la RFEF por el partido contra Panamá en 2012, el encuentro contra Corea del Sur apenas le reportó unos ingresos de 870.000 euros, a los que había que descontar los gastos de viaje de toda la delegación de la RFEF: unas 60 personas.
Y es que, según se recoge en una serie de intercambios de correos electrónicos, Gorka Villar intervino para que su padre cambiara el contrincante del partido de 2012 e impusiera a Corea del Sur como opción, aunque no estuviera en la lista de candidatos. A su vez, obligó a ceder la explotación de los derechos de imagen del encuentro a la selección, que estaba en manos de Matchworld, lo que redujo el monto que se iba a cobrar desde los 1,2 millones iniciales (gastos aparte) a los 870.000 euros, gastos incluidos. Además, la empresa que organizaba el encuentro le obligó a incluir en el precio un segundo encuentro que se celebraría en Europa contra otro equipo. "Las nuevas condiciones derivadas de la imposición de Villar Llona provoca tensiones en la negociación con Matchworld, que conducen a un contrato final que, en comparación con el inicial, supone un quebranto económico para la RFEF", asegura la Guardia Civil en un escrito.
En 2012, la federación coreana suscribió un contrato de prestación de servicios con Sport Advisers, por el que cobró 60.500 euros.
Así, la Guardia Civil muestra cómo presuntamente Villar disponía de los bienes y activos de la Federación Española de Fútbol para su supuesto beneficio personal y de su entorno. "Ha sido denunciada una actividad que podría conllevar una disposición abusiva de este bien (la Selección Española de Fútbol), consistente en la imposición de selecciones rivales para jugar partidos amistosos, persiguiendo con ello beneficios propios incompatibles con el deber personal de la RFEF en su condición de administrador: la recta, diligente y leal administración de la entidad que dirige, al que se perjudica por la pérdidas de ganancias que razonablemente podían haberse obtenido", recoge el informe de la UCO.
Villar, su hijo, y Juan Padrón, están siendo investigados por los delitos de administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares, estafa y falsedad documental.
870.000 euros
Ángel María Villar presionó para que la Selección Española de Fútbol jugara en 2012 un partido amistoso contra Corea del Sur en vez de contra Iraq, tal y como había propuesto la empresa Matchworld. La imposición del contrincante, así como la decisión de regalar los derechos audiovisuales del partido a los coreanos, hizo que el monto que iba a cobrar la RFEF por el encuentro se rebajara de los 1,2 millones a los 870.000 euros, de los que habría que recortar gastos.