
Desde la presidencia del Foro para la Ingeniería de Excelencia (Fidex) que ocupa desde abril, Pablo Bueno, presidente y consejero delegado de Typsa, reclama al Gobierno que "se invierta más en pensar antes de hacer" para valorar en su justa medida el trabajo de las ingenierías y evitar así los sobrecostes ligados a los habituales modificados en la contratación pública.
La contratación pública en España sigue bajo mínimos y la internacionalización de las ingenierías es cada vez mayor. ¿Qué riesgos enfrenta el sector ante esta situación?
Las empresas de ingeniería españolas llevan mucho tiempo esperando que se valore su trabajo y se reactive la inversión. Algunas se han visto forzadas a trasladar parte de sus equipos productivos a los lugares en los que residen sus clientes, otras han reducido su tamaño drásticamente, muchas han desaparecido ya y otras, tras una reconversión, han terminado en manos de grupos internacionales.
Efectivamente, grupos de EEUU, Bélgica o China controlan ingenierías relevantes de España. ¿Prevé nuevos casos?
El mercado español no es atractivo para las grandes ingenierías internacionales. Recordemos que en España se invierte muy poco en pensar las cosas antes de hacerlas y que todas las ingenierías españolas pierden dinero en España. Los grandes grupos globales de ingeniería ya no ven en ellas una plataforma de expansión a nuevos mercados, ni siquiera a Latinoamérica.
¿Cómo puede afectar al proceso de internacionalización la pérdida de referencias nacionales?
Mucho, las ingenierías necesitan presentar trabajos recientes para poder acceder a esas licitaciones. Las grandes referencias de trabajos realizados en España tienen ya más de diez años y no sirven para contratar a nivel internacional. Valieron para conseguir grandes proyectos, pero los organismos internacionales que contratan ingeniería no las aceptan ya. Las grandes ingenierías españolas tienen más del 90% de su negocio fuera de España, mientras que las grandes ingenierías mundiales siempre concentran más de la mitad en su propio país. Una ingeniería que apenas factura un 10% de su actividad en España, difícilmente puede llamarse española.
¿Cuáles son las principales demandas de Fidex al Gobierno español?
En primer lugar, que se invierta más en pensar antes de hacer. Que se estudien mucho mejor, con más tiempo y más profundidad las infraestructuras antes de acometerlas. En segundo lugar, que se dedique mayor esfuerzo a controlar la calidad de lo que se ejecuta y se mantiene. Es necesario acabar con la ingeniería low cost que además no es exportable. Para esto es esencial una trasposición de la directiva europea lo más fiel posible, recogiendo los artículos que prohiben la subasta de los servicios de carácter intelectual, como son los de proyecto, y recomendando dar el máximo peso a las ofertas técnicas en detrimento del precio a la hora de contratar ingeniería. En un segundo nivel es necesario modificar los pliegos de cláusulas administrativas y las fórmulas de puntuación del precio además de utilizar el concurso restringido. En definitiva, promover la excelecia. También pensamos que una mayor inversión en infraestructuras, hasta alcanzar al menos el 2% del PIB, ayudaría a la recuperación y a mejorar la calidad de vida de los españoles.
Tras perder el 80% de sus empresas y 20.000 empleos, ¿ha tocado suelo el sector de la ingeniería? ¿Aún está en crisis?
Por supuesto que el sector está en una profunda crisis, pero ya ha tocado fondo. Aún veremos quiebras y cierres de algunas empresas de ingeniería que acumulan pasivos insostenibles y activos incobrables, pero sin duda las cosas están empezando a mejorar lentamente.