La relación de OHL e IFM se remonta a 2015, cuando el fondo australiano tomó el 25 por ciento del Circuito Exterior Mexiquense (Conmex). El año pasado adquirió un 24 por ciento adicional, de forma que controlará el 49 por ciento (en la actualidad tiene el 39 por ciento y está pendiente de las autorizaciones de competencia para tomar el otro 10 por ciento).
Ahora dan un gran salto con la entrada de IFM como socio estratégico de OHL México, con el 41,99 por ciento del capital. Sus participaciones se depositarán en un nuevo vehículo, Magenta. Y, a través de esta sociedad, OHL y el fondo australiano, uno de los mayores del mundo con más de 60.000 millones de dólares bajo gestión, pretenden crecer juntos en infraestructuras en Latinoamérica.
Según explican fuentes conocedoras del proceso, el objetivo es que Magenta ostente alrededor del 80 por ciento de sus activos bajo explotación (brownfield) y el 20 por ciento en construcción (greenfield). La estrategia será licitar nuevos activos y construirlos o comprarlos. En paralelo, OHL e IFM mantienen negociaciones abiertas para que el fondo australiano adquiera una participación de control (entre el 80 y el 100 por cien) de la autopista Red Vial 4, en Perú, cuyo valor, deuda incluida, supera los 400 millones.
IFM no es el único interesado en este activo, aunque su condición de socio estratégico le coloca lógicamente en una situación de privilegio. Varios fondos de infraestructuras y fondos de pensiones de Canadá, como OTPP, CDPQ y CPPIB, figuran entre los candidatos para hacerse, en distintas operaciones, con una autopista en Colombia y tres en Chile por un importe conjunto de 116 millones.