
Aigües de Barcelona celebró ayer su 150 aniversario con un acto en Cornellà de Llobregat (Barcelona), en el que su presidente, Angel Simón, resaltó la colaboración público-privada como "un modelo de éxito en Cataluña en casi todos los ámbitos de la economía y de la sociedad". En este sentido, Simón apeló a Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, para que preservara este modelo, y aseguró que tanto Agbar como sus trabajadores estarían al lado de Cataluña "cuando se trate de contribuir al progreso económico y social".
Puigdemont, por su parte, destacó la labor realizada por la compañía desde su nacimiento en 1867 y señaló que apostaba por un modelo en el que existiera "pluralidad" de proveedores y, sobre todo, por el que asegurara la mejor calidad posible del servicio. En este sentido, el presidente catalán resaltó los esfuerzos realizados por la compañía en innovación y en calidad en todos estos años, que han llevado a Aigües de Barcelona a estar presente en 71 países.
El presidente de la Generalitat destacó, asimismo, el importante papel que había desempeñado la empresa para preservar las reservas de agua, gracias a su labor pedagógica y a sus inversiones destinadas a evitar las fugas. Concretamente, Puigdemont apuntó que desde 1998 el consumo per cápita de agua en Barcelona se había reducido un 23%.
En el acto, Angel Simón estuvo acompañado por una relevante representación de políticos catalanes, como la consellera de Agricultura, Meritxell Serret; el conseller de Territorio, Josep Rull, o los alcaldes de Tarragona, L'Hospitalet o Cornellà, entre otras autoridades.
Un momento clave
El modelo de gestión de los servicios públicos se encuentra en un momento clave en Cataluña. Son muchos los municipios catalanes en los que finalizan las concesiones de gestión del agua en los próximos años, y se ha abierto el debate sobre si era oportuno modificar el modelo de concesión, para que la explotación fuera realizada por empresas públicas. Agbar siempre ha defendido que el agua es un bien tan básico que lo que ha de imperar es un modelo de eficacia, que asegure la calidad. Puigdemont, con su intervención ayer, apoyó la argumentación de la empresa catalana, que, además, está pendiente de dos decisiones judiciales.
Por una parte, el Tribunal Supremo debe dictaminar si la concesión de ATLL, que fue adjudicada a Acciona en detrimento de Agbar, fue correcta; por la otra, también este tribunal debe decidir si la manera en la que fue creada la empresa que actualmente gestiona el agua del área metropolitana de Barcelona, Aguas de Barcelona Mixta, participada en un 70% por Agbar, fue la indicada. Agbar defiende la calidad de su gestión, con la tasa de reclamaciones más baja del mundo y la más alta en cuanto a continuidad del servicio, y también su aportación a la economía.
En 2015, contribuyó con 904 millones al PIB catalán y generó 10.202 puestos de trabajo directos. Además, el grupo invierte en investigación e innovación 19,4 millones anuales y está comprometido socialmente. Paga el agua de 50.000 personas con problemas económicos.