Sacyr ha abierto un periodo de reflexión para estudiar una reestructuración en el consejo de administración que se adecúe a los cambios accionariales que se han producido en los últimos meses. Será un análisis que se hará "de forma tranquila", "consensuada" y de acuerdo "con el consejo y con la comisión de nombramientos".
Esta decisión, que según el presidente Manuel Manrique lleva varios meses sobre la mesa, se ha precipitado tras la ascensión en el capital de José Moreno Carretero, que ha tomado el 7,7 por ciento en mayo y se ha convertido en el primer accionista con el 12,85 por ciento.
Durante la junta de accionistas, Manrique destacó que "todo el consejo está unido" y recordó la unanimidad con que se han tomado "decisiones difíciles" en los últimos cinco años. "No hay lucha de poder", resaltó el primer ejecutivo de Sacyr, quien insistió tras la asamblea en que se siente "100 por cien respaldado por todo el consejo".
Manrique abrió la puerta a múltiples opciones en la reforma del consejo, incluida el aumento del número de miembros o el incremento de consejeros independientes y mujeres para avanzar en el cumplimiento del código de buen gobierno. En el proceso también se tendrá en cuenta que el grueso de la participación que controla Moreno Carretero está sujeto a contratos de derivados, según admitió. "Lo estudiará el consejo de administración", que recabará "la información y las opiniones de todos", subrayó.
Precisamente, la estructura mediante derivados de la participación de Moreno Carretero ha provocado que una parte de los accionistas de control se opongan a que el propietario de la constructora Altec sume más sillas en el consejo de Sacyr.
Ayer, Moreno Carretero incidió en que su pretensión es que el consejo sea "proporcional y equilibrado" en relación al capital, según declaró a este diario tras la junta de accionistas. Expresó su satisfacción por la disposición del consejo a que se abra "este periodo de reflexión", al tiempo que rehusó cifrar el número de consejeros a los que aspira. "No sé cuántos, dependerá de lo que se decida, si el consejo acuerda que al 10 por ciento le toca uno, pues será uno (por el 10 por ciento)". Como Manrique, Moreno Carretero no dio plazos para que se acometan los cambios. "Dependerá del presidente y del consejo", dijo el empresario murciano. "Tampoco se tardará mucho", agregó, si bien reconoce que los próximos meses, con el verano de por medio, no son los mejores.
EEUU y España
Al margen del aumento de la participación de Moreno Carretero (Beta Asociados), el grupo canario Lopesan también ha irrumpido en el capital con el 2,44 por ciento que estaba en poder del Banco Sabadell, aunque por ahora no ha pedido representación en el consejo. La entidad catalana había tomado este paquete del propio Manrique, que en diciembre pasado tuvo que ceder estas acciones para refinanciar su deuda y que limita su posición al 1,8 por ciento.
Cualquier cambio en el consejo, salvo aquellos que sean por cooptación, han de ser aprobados en junta. Manrique recordó que Sacyr nunca ha celebrado una asamblea extraordinaria y llamó a la "normalidad" y la "sensatez" en el proceso, "como se ha hecho los últimos cinco años". Al mismo tiempo, incidió en que los cambios en consejo "no siempre se hacen de manera automática" a las subidas o bajadas en el accionariado.
En la junta, Manrique ensalzó la "buena situación" y "fortaleza" de Sacyr para enfrentar "los retos" futuros. Auguró que 2017 y 2018 serán años de "consolidación y crecimiento" en los principales mercados en los que actúa el grupo. Resaltó la apuesta de la compañía por Estados Unidos, donde crecerá de forma orgánica, pero también con alianzas, como la alcanzada con Manhattan Construction, y con eventuales operaciones corporativas.
Se refirió también a la positiva conyuntura de España, aunque lamentó que la licitación de obra pública siga cayendo, con un recorte del 64 por ciento en el primer trimestre de este año por parte de la Administración General del Estado. Eso sí, valoró el plan que tiene entre manos el Ministerio de Fomento para sacar adelante iniciativas de colaboración pública privada para proyectos sociales, vinculados al agua o al tratamiento de residuos, y que cifró en unos 5.000 millones de euros.
El presidente de Sacyr aprovechó para sacar pecho ante sus accionistas del drástico recorte que ha experimentado la deuda financiero en los últimos cinco años, hasta situarse un 75 por ciento por debajo (3.015 millones). Resaltó las operaciones de derivados que ha ejecutado ligados a la deuda por la compra de acciones de Repsol, a cuyo director financiero, Miguel Martínez, presente en la sala, expresó su "lealtad" y "compromiso" como accionista de la petrolera.
