Javier Otazu
El Cairo, 11 oct (EFECOM).- La recogida de basuras en El Cairo ha tenido una nueva "baja" española, pues la empresa GSI, participada mayoritariamente por la española FCC, abandonará sus actividades en Guiza (mitad oeste de El Cairo) en los próximos días.
Según explicaron a Efe fuentes del sector, GSI (Guiza Environmental Services, o "servicios medioambientales de Guiza) se marcha tras acumular durante dos años y medio de actividad pérdidas de 70 millones de libras egipcias (unos diez millones de euros), debidas principalmente a las deudas acumuladas con la Gobernación de Guiza.
La gobernación, que es la parte contratante de todos los servicios de limpieza, no ha abonado ni siquiera la quinta parte de lo facturado por GSI, que ha entrado en quiebra.
La empresa daba trabajo a unas 2.000 personas y tenía una flota de unos 150 camiones de recogida de residuos. Todo ello, más la construcción de un vertedero y de plantas de tratamiento de basura, les había supuesto una inversión de unos 125 millones de libras (17 millones de euros).
Sin embargo, la otra empresa creada por FCC para recoger basuras en la parte oriental de El Cairo, llamada "Cairo Environmental Services" sí va a continuar sus actividades al haber encontrado en la gobernación de la parte este una mayor disposición a saldar sus deudas.
La recogida de basuras en El Cairo y Alejandría fue atribuida a varias empresas occidentales durante 2003 -que se repartieron las dos ciudades por "distritos"-, entre las que se encontraban las españolas FCC y ACS/Dragados, una francesa y dos italianas.
El gobierno había decidido aplicar una "tasa de basuras" sobre cada domicilio y cada local comercial, que sería proporcional al consumo de electricidad, pero un tribunal falló que ese impuesto era inconstitucional si no pasaba por el parlamento egipcio.
Entonces las previsiones del gobierno fallaron y las gobernaciones locales se encontraron con que no tenían fondos para pagar los servicios de limpieza.
Comenzaron entonces a "llover" las multas sobre las empresas extranjeras por supuestos incumplimientos de contrato, con las que las gobernaciones intentaban de algún modo equilibrar la enorme deuda que iba acumulando con ellas.
En noviembre de 2005, Urbaser (de ACS/Dragados) decidió cancelar su contrato con una deuda similar a la que hoy arrastra GSI, unos diez millones de euros.
La recogida de la basura en esta ciudad que pasa por ser una de las más sucias del mundo árabe y de Africa fue desde el primer momento objeto de gran atención y de ataques de los medios egipcios, que no dejaban de preguntarse por qué los egipcios no podían llevar a cabo esa labor.
Pero frente al recelo de los ciudadanos, se contraponía la preocupación del gobierno por la imagen de inseguridad jurídica que ofrece el país a los inversores.
Mientras que el gobierno de Ahmed Nazif ha eliminado las trabas legales a los inversores en numerosos sectores, luego la actividad cotidiana de los empresarios extranjeros se ve frenada por innumerables problemas con la burocracia regional o local.
Según las fuentes del sector, el propio primer ministro y su ministro de Finanzas, Yusef Butros Gali, se han interesado personalmente por los problemas de las empresas extranjeras de basuras, y están intentando que las que quedan en el este de El Cairo puedan cobrar sus deudas y no abandonen la recogida. EFECOM
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