
Gas Natural Fenosa (GNF) ha obtenido la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de la central hidroeléctrica de bombeo de Salas-Conchas. Ubicada en la provincia de Orense, contará con dos grupos reversibles de 180 MW y exigirá una inversión aproximada de 350 millones de euros. Las obras darán empleo a unas 300 personas y durarán más de seis años.
Después de años de tramitación, el Ministerio de Agricultura ha aprobado el proyecto presentado por la empresa presidida por Isidro Fainé, entendiendo que se han aportado soluciones a los problemas ambientales detectados, en buena medida porque la futura instalación se construirá en un área rodeada por varias zonas protegidas e incluidas en la Red Natura 2000, como el Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés o la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerés-Xurés, si bien ninguna de las actuaciones e instalaciones previstas estarán dentro de los límites de la citada Red.
Por eso, el calendario definitivo de las obras, con una duración estimada de 74 meses, tendrá que ser aprobado por las autoridades ambientales de la Xunta. En este cronograma se prestará una atención especial a la línea de alta tensión que evacuará la energía generada por el complejo, de 11,6 kilómetros de longitud, a la construcción de las tomas de agua y a las voladuras necesarias.
La nueva central ocupará terrenos de los municipios de Muiños, Lobios, Lobeira y Entrimo, y aprovechará las infraestructuras de dos embalses ya existentes: el de Salas, sobre el río homónimo, que ejercerá de vaso superior, y el de As Conchas, sobre el río Limia, que será el vaso inferior. Ambos cuentan con sendas centrales hidroeléctricas plenamente operativas y distan seis kilómetros el uno del otro, con un desnivel de 300 metros. La gran mayoría de los trabajos del nuevo bombeo serán subterráneos -tendrá más de 10 kilómetros de túneles- y GNF calcula que generará alrededor de 1,17 millones de metros cúbicos de escombros, que no se enviarán a vertedero, sino a obras de relleno y acondicionamiento.
La planta operará con un ciclo cerrado, por lo que su generación eléctrica no dependerá de las aportaciones de agua a los embalses. Dicho ciclo será semanal: se turbinará durante los días laborables y se bomberá durante las noches y los fines de semana. GNF recuerda que también contribuirá a gestionar el sistema eléctrico y a incrementar la penetración de tecnologías renovables.
Durante la tramitación se levantó una importante polémica local porque se han producido episodios de contaminación de las aguas por eutrofización del segundo embalse -en el que hay dos zonas de baño- y se temía que las obras afectasen a la calidad de las aguas. Para acallar las críticas, GNF ha decidido compensar al municipio de Muiños.