Desde ayer, Florentino Pérez comparte oficialmente los galones al frente de ACS. El elegido es Marcelino Fernández Verdes. "
El número 1, inteligente, reflexivo y que busca la perfección". Así glosó su figura el también presidente del Real Madrid cuando en el año 2010 le hicieron hijo predilecto de su ciudad natal, Oviedo. Aquella declaración pública de admiración pasó desapercibida entonces, pero cobró sentido cuatro años después, cuando Pérez sorprendió en el programa de Jordi Évole anunciando que él, Fernández Verdes, sería su sucesor al frente del gigante de la construcción.
Ingeniero de Caminos por la Universidad de Barcelona, casado y con cuatro hijos, Fernández Verdes ha desarrollado el grueso de su carrera en ACS. Treinta años, nada menos, arrastra a sus espaldas en la empresa, la mayor constructora del mundo. Una condición a la que sin duda el nuevo consejero delegado del grupo ha colaborado a alcanzar. No en vano, en los últimos cuatro años ha pilotado uno de los retos más relevantes que ha enfrentado ACS, si no el que más: la reestructuración de las filiales del grupo en Alemania, Hochtief, y en Australia, Cimic. Lo ha logrado con el éxito que acreditan los últimos resultados de ambas compañías. La labor allí desempeñada es la que justifica que haya tardado tres años en desembarcar en la matriz ACS.
Su llegada a Madrid para trabajar codo con codo con Florentino Pérez no le impedirá mantener el pulso de Hochtief y Cimic. Será, por tanto, una transición tranquila, puesto que Pérez aún se siente con fuerzas para seguir mandando "hasta que quieran los accionistas".
Quienes conocen de cerca a Fernández Verdes destacan de él su discreción, pero también su lealtad a los amigos y su permanente instinto por encontrar "el lado bueno de las cosas". Promesa del Real Oviedo en su juventud, se decantó por los estudios y no por el fútbol y hoy es, a sus 62 años, el 'galáctico' escogido por Florentino Pérez para liderar el futuro de ACS.
